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Full text of "Leyenda de las tres toronjas del vergel de amor"

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Ico 


[ Duran ^  Agustín] 


Leyenda  de  las  tre^s  toronjas 
del  vergel  de  amor 


LEYENDA 


LAS  TRES  TORONJAS 


DEL  VERGEL  DE  AMOR. 


MADRID: 

IMPRENTA,   rUNDlCrON    Y   LIRRERÍA    DE    D.    E.  AGUADO. 


1856 


I 


Digitized  by  the  Internet  Archive 

in  2011  with  funding  from 

University  of  Toronto 


http://www.archive.org/details/leyendadelastresOOdurn 


Durar.,  Ae,^^"\N^ 

LEYENDA 


LAS  TRES  TORONJAS 


DEL  TER6EL  DE  &BIOR. 


-vi 


a&U  í&  un  Uomana 

é  «1100  poltíí00  Cantarle 

üci)o^  a^ova  nmvammU 

pot  U.  a.  m. 

á  QniBa 

í>e  los  que  ioiglam  í  mgog 

cantaran  fn  el  tiempo  mejo. 


« 


miB€€€€\}7. 


AL  ILUSTRE  í  AVENTAJADO  FILOSOFO 


CRITICO    Y    MTKRATO 


H).  RilfflBI  WDILIe. 


BíBrrOTECARIO    DE    LA    IMPERIAL    DE    VIENA 


OJN  conocernos,  sin  vernos  ni  tratarnos,  y  sin 
tener  noticia  aun  de  nuestras  tareas  literarias, 
ya  me  parece,  ihislre  y  respetable  amigo,  que  el 
espíritu  de  ambos  se  comunicaba  desde  nuestra 
juventud.  Quizás  se  cruzaban  en  el  espacio  nues- 
tras ideas,  simpatías  y  aficiones;  quizás  en  un 
mismo  dia,  en  un  mismo  instante,  leíamos  un 


mismo  libro  y  Je  estudiábamos  y  juzgábamos  con 
igual  criterio  aunque  en  diversos  y  apartados 
paises,  ¿Qué  nos  faltaba  para  unirnos  con  lazos 
de  fina  amistad  sino  saber  nuestros  nombres?  A 
conocer  el  de  V.  años  antes,  le  dedicara  alguna 
obra  mas  digna  de  su  carácter,  que  la  humilde 
y  frivola  producción  que  ahora  le  dedico,  y  que 
le  ruego  acepte  indulgente  y  benévolo,  siquiera 
porque,  atendida  mi  edad,  acaso  sea  la  última 
que  escriba  y  pueda  ofrecerle  como  prueba  del 
respeto  y  amistoso  cariño  que  le  profesa  este  su 
afectísimo  y  S.  S.  Q.  B,  S.  M, 


Cvau/ótii!  (jJii'ccLii. 


PRÓLOGO. 


1 A  en  el  prólogo  del  Romancero  general 
por  mí  publicado  en  1849,  indiqué  el 
proyecto  de  dar  á  luz  una  coleccioncita 
de  aquellos  cuentos  vulgares  conserva- 
dos por  tradición  oral,  cuyo  tipo  parece 
tomado  del  espíritu  caballeresco  de  los 
pueblos  de  Occidente  modificado  por  el 
de  los  orientales  aun  antes  de  las  Cru- 
zadas. Desistí  de  la  empresa  por  las  difi- 
cultades que  me  oponía;  pero  después, 
habiendo  visto  una  colección  de  Roman- 
ces tradicionales  en  lengua  catalana  (1) 


(-Í)  Asi  este  descubrimieuto,  como  ios  Romances  viejos 
en  portugués,  publicados  por  el  Sr.  Almcida  Garrelt,  prue- 
ban hasta  la  evidencia,  y  contra  anteriores  conjeturas,  que 
scincjaiilcs  composiciones  coriicron  y   circularon  por   toda 


VI 

que  ha  recojido  de  boca  de  los  aldeanos 
y  monlaueses  rai  amigo  Don  Mariano 


la  Península  Ibérica  en  sus  respectivos  dialectos.  Tanto  en 
los  Portugueses  como  en  los  Catalanes  que  he  visto  pre- 
pondera el  espíritu  feudal  y  la  ruda  sencillez  de  la  edad 
media  Occidental,  aun  en  aquellas  fablas  que  han  corrido 
todo  el  mundo,  tales  como  las  de  la  Puerca  cenicienta, 
la  Porquera  y  otras  muchas  consejas  de  igual  clase  que 
nosotros  hemos  oido  narrar  en  prosa  en  Castilla  á  los 
viejos,  mientras  oralmente  aún  se  relatan  en  romances 
entre  los  pueblos  comprendidos  desde  el  Ebro  á  los  Piri- 
neos, Aunque  es  cierto  que  los  Irobadores  proveuzales  no 
presentan  hasta  ahora  en  sus  colecciones  poéticas  ningún 
Romance,  escrito  con  esta  intitulación,  otro  tanto  sucedió 
á  los  Castellanos  hasta  fines  del  siglo  XV  ,  y  otro  tan- 
to hasta  ahora  á  los  Portugueses  y  á  los  Catalanes.  Los 
que  hoy  conocemos  de  Portugal  y  Cataluña  han  sido 
arrancados  á  la  tradición  oral  y  no  buscados  en  códices 
ni  en  libros  dedicados  á  la  poesía  erudita,  que  rechazaba 
y  despreciaba  la  popular  y  del  vulgo.  Las  colecciones 
de  trovas  provenzales  se  han  sacado  de  Códices,  y  no  de 
la  viva  voz  del  pueblo:  si  á  esta  se  acudiese  acaso  en  la 
Provenza  se  hallarían  también  Romances,  tan  inesperada- 
mente como  se  han  encontrado  en  Cataluña,  en  Valencia, 
en  las  Islas  Baleares  y  en  las  faldas  del  Pirineo  limítrofe, 
donde  se  conservan  dialectos  de  la  lengua  de  Oc.  En  tal 
caso  bien  pudiera  creerse  que  la  combinación  métrica  del 
Romance  llegó  á  ser  en  toda  la  Península  española,  y  en 
el  mediodía  de  la  Francia ,  el  instrumento  mas  general, 
si  no  el  único,  adoptado  para  conservar  las  tradiciones 
vulgares   entre  el    pueblo    que  las   poseia  ó  inventaba. 


vir 

Aguiló,  he  llegado  á  conocer  que  aque-- 
líos  cuentos  son  parte  de  una  multitud 
de  composiciones  populares  de  diversas 
clases,  cuyo  estudio  y  apreciación  son 
importantísimos  para  completar  y  recti- 
ficar la  historia  crítica,  moral  y  literaria 
de  nuestros  siglos  medios  y  de  los  idio- 
mas neolatinos  de  España  (1). 


(Á)  El  distinguido  y  joven  amigo  mió  Don  Mariano 
Aguiló,  solo  y  sin  protección,  exhausto  de  recursos,  sin  mas 
auxilio  que  su  amor  á  las  letras  y  su  patriotismo,  ha  recor- 
rido las  aldeas,  las  chozas,  las  cabanas  de  los  Pirineos,  de 
Cataluña  y  de  toda  la  Corona  de  Aragón,  y  á  fuerza  de 
celo,  de  maña,  de  trabajos  y  privaciones  ha  conseguido 
descubrir  una  mina  de  datos  literarios  é  históricos,  reco- 
giendo de  boca  de  los  aldeanos  y  payeses  multitud  de  ro- 
mances populares  é  innumerables  versiones  de  ellos.  Según 
el  giro  que  entre  nosotros  ha  aceptado  la  crítica  histórica  y 
la  literaria,  los  trabajos  de  Aguiló  parecen  no  solo  útiles, 
sino  indispensables  para  elevar  estos  estudios  á  la  altura 
en  que  se  hallan  en  otras  naciones.  En  otra  parte  he  in- 
sinuado que  nuestra  historia  se  halla  incompletamente  es- 
crita porque  no  se  ha  estudiado  bastante  el  espíritu  popu- 
lar, en  el  cual  está  daguerreotipado  el  criterio  de  los  hechos, 
y  las  causas  que  los  *  han  producido.  Para  convertir  á 
Amadís  en  D.  Quijote  no  tuvo  Cervantes  que  hacer  mas  que 
colocarle  fuera  del  espíritu  social  que  le  inventó,  y  juz- 
garle coa  el  criterio  que  empezaba   á  predominar  á  fines 


VIH 

Estas  consideraciones  me  han  ani- 
mado para  presentar  al  público  alguna 


del  siglo  XVI.  Felipe  11,  apreciado  bajo  el  influjo  esclusivo 
de  las  ideas  del  siglo  XVIII,  aparece,  no  como  un  gran  Rey, 
sino  como  un  fanático.  Juzgúeselos  á  uno  y  á  otro  con 
el  criterio  de  sus  épocas  respectivas,  y  se  verá  que  conside- 
rados como  la  necesidad  social  de  ellas  son,  el  primero  la 
idealidad,  el  mito  del  espíritu  caballeresco,  y  el  ^segundo  el 
producto  de  las  tendencias  esclusivamente  religiosas,  que 
era  preciso  obedecer  para  dirigir  bien  la  nación  que  gober- 
naba. Los  que  juzgan  á  Araadís  como  Cervantes,  y  á  Felipe 
II  como  Voltaire,  desconocen  la  época  histórica  donde  los 
colocó  la  Providencia,  ó  la  idea  popular.  Para  evitar  tales 
inconvenientes  conviene  que  haya  hombres  celosos,  activos, 
entusiastas  de  los  buenos  estudios  históricos ,  que,  como 
D.  Mariano  Aguiló,  reúnan,  ordenen  y  publiquen  con 
miras  filosóficas  los  datos  necesarios  para  que  la  historia 
sea  la  verdad  gráfica  y  moral  de  los  tiempos,  y  no  una 
colección  de  hechos  desnudos  de  enlace,  ó  ligados  por  teo- 
rías imaginarias,  y  formadas  con  ideas  cstrañas  al  espíritu 
que  dominaba  en  los  pueblos  y  á  los  hombres  en  las  épocas 
respectivas  en  que  los  unos  se  verificaron  y  los  otros  existie- 
ron. El  apreciabilísimo  joven  Aguiló  ocupa  hoy  dia  un  des- 
tino subalterno  en  la  Biblioteca  de  San  Juan  de  Barcelona,* 
siendo  digno  de  entrar  en  uno  mucho  mas  aventajado,  en 
donde,  sin  dejar  de  tener  libertad  de  hacer  de  tiempo  en  tiem- 
po sus  escursiones  científicas,  tenga  mas  medios  de  estudiar, 
y  proporción  de  frecuentar  el  trato  de  hombres  eminentes  y 
sabios,  de  quienes  aprenderá  lo  que  le  falla  saber,  y  á 
quienes  ayudará  también  con  suslucésy  tesoros  adquiridos. 


IX 

muestra  de  mis  trabajos  abandonados; 
pero  mas  que  todo  rne  ha  obligado  á 
hacerlo  el  instinto  invencible  é  inespli- 
cable  que  me  arrastra  hacia  ellos,  y  que 
aun  durmiendo  lleva  mi  fantasía  á  soñar 
con  las  consejas  que  fueron  las  delicias 
de  mi  niñez  y  de  mi  juventud,  siempre 
nutridas  y  alimentadas  con  el  espíritu, 
la  fe  y  los  sentimientos  caballerescos  de 
nuestros  antepasados.  En  medio  de  los 
estudios  mas  serios,  en  torno  de  la  ad- 
miración y  entusiasmo  que  me  inspira- 
ba la  perfección  de  la  literatura  clásica, 
que  con  ansia  increíble  trataba  de  apre- 
ciar trasladándome  á  los  modos  de  exis- 
tencia social  que  la  produjeron,  ideaba  y 
se  caia  instintivamente  de  mi  pluma  una 
composición  empapada,  si  no  del  todo  en 
las  formas,  si  siempre  en  el  espíritu  del 
viejo  pueblo  castellano;  llena,  como  to- 
das las  de  aquel  tiempo,  de  incorrec- 
ción, si  se  quiere,   pero  también  del 
candor  y  sencillez,  propios  de  la  edad 
media.  Cuando,  armado  con  el  escal- 
pelo del    arte,  analizaba  los    trágicos 


amores  de  Dido,  y  admiraba  el  gran 
genio  de  Virgilio,  mi  alma  se  regalaba 
con  la  memoria  de  los  tiernos  y  apa- 
sionados de  Tristan  é  Isea.  En  vano  Mi- 
nerva con  austera  mano  me  señalaba  la 
lir«  de  Apolo;  el  harpa  del  Irobador  vi- 
braba en  mis  oidos  y  me  distraía  de  mis 
estudios  graves.  En  vano,  avergonzado 
de  mi  mismo,  me  acusaba  de  gustos  ple- 
beyos y  vulgares;  mis  instintos  vencían 
á  la  ciencia.  El  deseo  de  acallar  mis  es- 
crúpulos me  indujo  á  examinar  la  razón 
de  mis  propensiones,  y  á  buscar  en  el  es- 
tudio de  la  poesía  popular  una  teoría 
que  esplícase  las  causas  de  su  belleza  y 
de  su  utilidad.  En  efecto,  asi  lo  hice, 
y  desde  que  publiqué  mis  ideas,  las 
narraciones  viejas  que  se  han  conserva- 
do muchos  siglos  por  tradición  oral,  los 
romances  y  los  dramas  antiguos,  hijos 
espontáneos  de  nuestra  idiosincrasia  na- 
cional, ya  no  solo  no  son  desdeñados  por 
los  sabios,  sino  que  sirven  de  punto  de 
partida,  de  estudio  y  aun  de  inspiración 
á  cuantos  están  dotados  de  espíritu  filo- 


XI 

sófico  Ó  de  estro  poético.  Si  ahora  es- 
caseamos de  imitadores  serviles  de  los 
clásicos,  abundancia  tenemos  de  poetas 
que  continúan  á  nuestros  Trobadores,  á 
Lope  y  á  Calderón:  si  retrocedimos  algo 
en  la  parte  estética  y  artística  impuesta 
por  los  preceptistas  estranjeros  del  si- 
glo XVIII,  mucho  hemos  atesorado  de 
originalidad  y  de  espontaneidad;  y  si  he- 
mos decaído  un  tanto  en  corrección, 
también  nos  hemos  ensalzado  en  liber- 
tad de  ingenio,  hallando  en  nuestra  fe  y 
en  nuestra  conciencia  lo  que  antes  bus- 
cábamos en  otro  espíritu  de  civiliza- 
ción harto  apartado  del  que  nos  era  pe- 
culiar. 

Entre  los  cuentos  vulgares  de  que 
antes  hablé,  solo  uno  he  visto  escrito  y 
en  verso,  el  cual  perdí  con  el  códice  que 
le  contenia,  aunque  después  por  remi- 
niscencias le  restauré  y  publiqué  en  el 
Romancero  general  con  ululo  áe  Historia 
de  la  Infantina  (1).  Los  de  igual  clase 

(I)     Tomo  4.°,  números  508  á  5^2  inclusives,  páginas 
163  y  siguientes. 


XII 

que  me  pasan  por  la  mente  los  he  oído 
conlar  en  prosa  por  los  ancianos,  que 
según  su  memoria  ó  inventiva  los  narran 
de  mil  maneras  sin  alterar  su  esencia, 
pero  si  en  gran  manera  sus  formas  de 
espresion,  conservando  sin  embargo  en 
ellos  gráficamente  algunos  refrancillos 
ó  versos  intercalados,  que  han  pasado 
incólumes  de  boca  en  boca  desde  tiempo 
inmemorial. 

Algunos  de  estos  cuencos,  brotando 
sin  esfuerzo  de  mi  imaginación,  semeja 
que  se  han  deslizado  desde  la  pluma  al 
papel,  y  que  antes  de  tener  clara  con- 
ciencia del  pensamiento  que  los  fragua- 
ba, ya  los  tenia  escritos.  Cuando  me  po- 
nía á  escribirlos,  sin  saber  cómo  ni  por 
qué,  me  reconcentraba  dentro  de  mí  mis- 
mo, abandonaba  mi  personalidad  actual, 
y  como  si  lo  presente  desapareciese, 
me  hallaba  trasportado  á  épocas  remo- 
tas ya  pasadas,  con  toda  el  alma  im- 
pregnada del  espíritu  caballeresco,  he- 
roico y  vagabundo  de  nuestra  edad  me- 
dia, al  menos  tal  como  sus  ideas  se  asi- 


XIII 


milaron  á  mi  corazón  en  mi  infancia  y 
primeros  juveniles  años.  Enlonces  no 
era  yo  el  hombre  alimentado  y  nutrido 
por  el  arte  enseñado  en  las  escuelas;  no 
era  el  poeta  que  tiene  un  nombre  deter- 
minado: era  si  el  espíritu  universal  ins- 
pirado á  los  trovadores  ambulantes,  que 
por  do  quier  difundian  las  ideas  anóni- 
mas por  ser  de  todos,  verificándolas  inar- 
tificiosa y  repentinamente  según  las  oca- 
sienes;  era  el  anciano  que,  acurrucado 
á  la  vera  del  hogar  doméstico,  trasmitía 
en  lenguaje  incorrecto  y  vulgar  á  sus 
nietos  las  consejas  cuyos  asuntos  oyera 
él  mismo  cuando  niño  á  sus  abuelos,  y 
cuyas  formas  de  espresion  conservaba 
vaga  y  vaporosamente  en  sus  recuer- 
dos ;  era  el  que ,  como  el  pueblo  de 
aquellos  tiempos,  impregnado  del  am- 
biente social  que  le  rodeaba  de  herois- 
mo,  de  fe  y  aun  de  credulidad  religiosa, 
empapaba  en  elios  su  palabra,  enalte- 
cia  su  corazón  y  poetizaba  su  alma.  Co- 
mo en  la  de  los  viejos  cantores  y  en  la 
de  los  ancianos  narradores,  rebosaban 


XIV 

en  mi  fantasía  frases,  pensamientos  y 
versos  improvisados,  palabras  balbu- 
cientes de  una  lengua  por  fijar ,  frases 
de  una  sintaxis  vaga  aún,  ideas  incone- 
xas y  mal  ligadas.  Todo  esto  salia  de 
mi  mente  sin  buscarlo,  sin  intención  si- 
quiera de  imitar  á  nadie.  Tal  era  mi 
alucinación  al  escribir  esta  clase  de 
composiciones,  y  tal  aun  después  de 
escritas,  que  al  someterlas  á  la  crítica  de 
la  ciencia,  que  me  advertía  lasheregías 
artísticas  en  ellas  contenidas,  nunca 
pensé  corregirlas  ni  aun  de  los  yerros 
por  mí  cometidos,  porque  estaba  teme- 
roso de  privarlas  de  su  espontaneidad, 
de  marchitar  su  lozanía,  y  de  empañar 
su  colorido.  Así  es  como  he  fraguado  el 
cuento  que  ahora  publico  de  Las  tres 
Toronjas  y  de  la  Reina  mudada  en  pa- 
loma ,  conservado  por  la  tradición  y 
nunca  escrito.  Sin  embargo,  por  mas 
que  me  haya  apartado  del  ambiente  so- 
cial que  me  rodea,  mucho  se  dejará 
traslucir  de  él  en  la  obra  que  publico; 
pero  este  mismo  defecto  demostrará  que 


XV 

ninguna  intención  artística  ha  empecido 
su  espontaneidad. 

A  estas  pocas  y  últimas  palabras 
debió  reducirse  el  largo  prólogo  que 
acompaña  mi  obrilla;  pero  soy  hombre, 
y  como  tal  vano  y  débil:  la  manía  cien- 
tífica  ha  producido  el  disparate  de  que 
aparezcan  juntas  dos  cosas  tan  heterogé- 
neas como  el  cuento  y  su  prólogo.  Uno 
y  otro  me  han  servido  de  pasatiempo; 
ni  á  uno  ni  á  otro  ios  doy  importancia; 
ni  uno  ni  otro  le  costarán  nada  al  pú- 
blico, y  solo  tendrán  el  inconveniente 
de  fastidiar  un  par  de  horas  á  los  ami- 
gos á  quienes  les  regale  un  ejemplar 
para  que  lo  lean  si  les  place.  Además, 
algún  bien  producirá  lo  escrito,  si  lla- 
ma la  atención  sobre  el  joven  Don  Ma- 
riano Aguiló ,  para  que  mis  amigos  le 
conozcan  y  el  Gobierno  le  proteja  en 
los  importantes  trabajos  literarios  que 
ha  emprendido. 


TVI 


ADVERTEIVCIA. 


Respecto  á  la  ortografía  seguida  en  esta  im- 
presión se  observará  que  he  escrito  el  verbo  haber 
con  h  en  vez  de  hacerlo  sin  ella;  que  uso  de  la  v 
cuando  suena  como  b,  y  cuando  en  medio  de 
dicción  los  antiguos  usaban  de  la  u;  que  he  sus- 
tituido la  z  á  la  c;  y  en  fin  que  la  n  doble  la  sus- 
tituyo con  la  ñ. 


aquí  comienza  la  platica 

DONDE    SE    NARRAN 

los  altos  fechos  et  gentilezas  del  muy  noble  cavallero  el  leal 
amador  D.  Flores  de  Trepisonda,  et  las  aventuras  que  hovo 
para  conquerir  las  Toronjas  del  Vergel  de  Amor,  que  fue- 
ran tres  encantadas  Princesas.  Ítem  de  verse  há  cómo  dos 
d^ellas  perdiera  é  con  la  otra  se  desposara^  después  que  la 
fizo  Dueña  so  un  (lorescido  rosal  qu'ende  habie  á  vera 
d^una  fuente,  cuyas  claras  aguas  tenien  virtud  d'encender 
con  amor  sobrado  á  los  incautos  amadores.  Otrosi  en  este 
sabroso  Romance  se  declara  cómo  la  fermosa  Dama  de  la  To- 
ronja en  Colombica  blanca  fue  trocada  por  fechizo  que  la 
puso  mala  et  prieta  Mora,  et  cómo  á  la  postre  fue  desfechi- 
zada,  et  qual  á  la  Mora,  que  se  mató  á  si  mesma,  la  quemaron 
el  su  defunto  cuerpo^  et  la  su  alma  bajó  á  los  Infiernos: 
de  lo  que  á  todos  los  fieles  cristianos  Dios 
nos  defienda. 


nmm  m  face  el  narrador. 

Uexantlo  á  los  sabidores 
El  arle  ele  Poelría, 
Voy  narrar  una  conseja 
Gomo  mas  me  plaszeria. 
Plászeme  de  lo  fazer 
Qual  en  antes  lo  solían 
Los  viejos  á  los  mochachos 
Qu'en  el  fogar  s'adormian. 


Poco  aqui  fallarse  há 
De  mi  propia  fantasía, 
Fueras  ende  que  cantares 
En  el  Romance  ponia  (1). 

Todo  es  lembranza  del  tiempo 
Do  el  vulgo  coplas  fazia , 
Mientra  el  culto  trovador 
Solo  en  las  cortes  s'oia. 

Plászeme  imitar  la  fabla 
Del  pueblo,  ruda  et  altiva; 
*  Del  pueblo  conqueridor. 
Que  del  arte  non  sabia. 

Del  que  cantara  á  Bernardo 
Qu'en  Uoncesvalles  vencia 
A  Carlomano  et  Roldan 
E  á  sus  Doze  en  compañía: 

Del  qu'en  el  Cid  se  nos  muestra, 
Quando  firme  proponía , 
Et  respetoso ,  ant'el  Rey 
Los  tuertos  qu'el  Rey  fazia: 

Del  pueblo  que  á  Lanzarote 
E  á  Tristan  mucho  queria, 
Prendado  de  sus  amores 
Et  alta  cavallería: 


(I)  Sé  muy  bien  que  el  cambio  de  metro  es  impropio 
en  esta  clase  de  antiguas  composiciones,  pero  lo  he  admi- 
tido en  la  mia  por  haber  hecho  romance  uno  de  aquellos 
cuentos  viejos  en  prosa  que  conlenian  multitud  de  cantar- 
cilios  proverbiales,  que  he  procurado  sc£!;uir  como  tema 
de  los  que  se  introducen  en  mi  obra. 


Del  que  á  Isea  (1)  é  á  Ginebra  (2) 
Perdonó  sus  fechorías 
En  gracia  que  á  sus  amantes 
Nunca  trataron  falsía: 

Maguer  que  á  los  sus  maridos 
La  misma  burla  ponian, 
Que  Diana  al  Cazador  (3) 
Quando  desnuda  la  via : 

Del  que  á  Merlin  como  á  Santo 
Adorava  et  bendescia , 
Seyendo  fijo  del  Diablo 
E  Alcalioete  en  demasía  (4): 

Del  que  creyendo  miraglos, 
En  brujas  también  creia ; 
Del  que  adorando  los  Prestes, 
Sus  torpezas  maldeszia : 

Del  que  rezando  sus  coplas 
La  su  hestoria  nos  fazia , 
Et  sin  haber  un  poeta 
De  iodos  fue  su  poesía  (5). 


(1)  La  desposada  del  Rey  Marco  de  Cornualla,  y  amante 
de  D.  Tristan. 

(2)  La  esposa  del  Rey  Artús  de  la  Gran  Bretaña. 

(5)  Diana  transforüió  en  Ciervo  á  Acteon  porque  la 
sorprendió  desnuda  en  el  baño. 

{fi)  Merlin  fue  el  protector  de  Jos  amores  adúlteros  de 
Lanzarotc  y  de  Ginebra. 

(S)  Los  cantos ,  narraciones  y  cuentos  populares  con- 
servados por  tradición  oral  pueden  considerarse  cerno  pro- 
ducciones impersonales  y  que  no  pueden  atribuirse  á  indi- 


En  esta  fabla  veredes 
Cosas  que  hoy  pocos  creerían, 
Et  qu'en  la  pasada  edad 
Dubdarlas  fuera  lieregía. 

Páxaros  verdes  que  fablan, 
[lomes  que  los  entendían, 
Et  pláticas  que  d'Oriente 
A  Occidente  nos  venían. 

Veredes  del  Septeniptrion 
Las  negras  fechizerías  ; 
Cavalleros  que  á  Dragones 
En  guerra  campal  vencían. 

Veredes  feos  enanos , 
Gigantes  por  otra  vía, 
Vestiglos  que  d'el  Infierno 
En  la  tierra  aparescian. 


viduos  ciertos  y  determinados.  Cuantos  las  transmilian,  fia- 
dos en  sus  reminiscencias,  nunca  las  reproducían  con  exac- 
titud y  iún  alterar  algunas  de  las  palabras  y  frases  con  que 
las  oyeran.  Por  eso  ofrecen  comparadas  entre  si  variantes 
tan  considerables,  y  por  eso  se  ve  que  la  última  versión, 
aunque  sí  la  emanación  ,  no  es  nunca  la  identidad  de  las 
anteriores.  Conforme  á  las  localidades,  al  tiempo  y  á,  las 
épocas,  se  iban  modificando  estas  composiciones  ,  al  menos 
en  el  lenguaje  y  en  las  formas  de  su  esprcsion  primitiva;  asi 
es  que,  mientras  se  conservaron  oralmente  y  no  degeneraron 
en  subjetivas,  mientras  no  se  fijaron  por  escrito,  pertene- 
cieron al  dominio  de  todos  sin  ser  individualmente  de  nin- 
guno en  particular.  Después  de  escritas  guardaron  sin  duda 
el  mismo  carácter  anónimo,  mas  no  la  posibilidad  de  que 
pasasen  desapercibidas  las  variaciones  que  csperimentaban. 


Yeredes  que  namorados 
Sencillos  é  sin  falsía, 
Non  coidando  de  los  Prestes 
Sus  desposorios  fazian : 

Veredes  cómo  las  Damas 
A  la  merced  se  confian 
De  los  nobles  cavalleros 
Que  siempre  su  fe  complian. 

Usanzas  eran  d'antaño 
Que  mostrar  me  proponía, 
Et  de  que  las  tradiziones 
Se  remembran  todavía. 

De  boca  en  boca  pasaran 
Aquestas  fazañerías , 
E  ansi  llegaran  á  mí 
Como  á  vos  yo  las  diria. 

Nin  lasciencia,  nin  los  años, 
Nin  menos  philosophía 
Las  borran  de  mi  memoria, 
Nin  yo  las  borrar  querria. 

Ca  maguer  tan  viejo  sea, 
Qu'he  la  muerte  por  vezina. 
Curo  de  regar  la  flor 
Que  á  la  par  de  mí  crescia. 

Si  alguno  me  lo  tachare 
Cedo  le  replicarla. 
Que  los  Romances  del  pueblo 
Non  tienen  corta  valía. 

Trovadores  ios  desdeñan, 
Mas  yo  seguiendo  otra  via, 


A  coplas  de  cortesanos 
Las  vulgares  prefería. 

E  digan  lo  que  dixieren 
Voy  á  seguir  mi  porfía, 
Narrando  aquesta  conseja 
Como  mejor  me  vernia. 


COMIENZA  LA  TROVA  CON  ESTE  CANTAR 
QU'EL  VULGO  DEZIA  DE  D.  FLORES. 

— Faslio  siente  Don  Flores, 
;Ay!  ¿qué  habrá? 
— Dalde  amores,  dalde  amores, 
Et  sanar  ha, 

Donzelico  sin  amores 
Mustio  está; 

Dalde  amores,  dalde  amores 
Et  sanar  ha. 

Si  viene  á  tomar  amores, 
Vevir  ha 

Contento,  el  que  sin  amores 
Morir  ha, 

COMIENZA  LAHESTORIA. 


Mañanica  de  Sant  Joan 
De  l'Alba  al  primer  claror, 
Quando  rosas  et  jazmines 
Exhalan  soave  odor, 


E  también  las  avecillas 
Sospiran  celos  é  amor, 
E  arroyiielos  bolliciosos 
Saltan  entre  flor  et  flor , 

Madrugado  iiavie  Don  Flores , 
Fijo  del  Emperador, 
Que  fue,  allá  de  Trepisonda 
Noble  é  bien  quisto  Señor. 

Ivase  por  los  boscages 
Fugiendo  de  la  calor, 
Para  respirar  del  ayre 
El  aplasziente  frescor. 

Coidando  de  se  folgar 
E  dar  vado  á  su  pasión, 
Ramicos  iba  faziendo 
De  cogollos  de  limón. 

Pensoso  está,  muy  pensoso, 
E  sin  saber  la  razón 
Llora  et  rie,  como  suelen 
Los  que  han  mal  de  corazón. 

Fadígase,  et  los  sus  miembros 
Non  le  poeden  tener,  non, 
Ca  los  sentie  embargados 
Qual  si  fuesen  en  prisión. 

Aborrido  se  parava, 
Aborrido  se  paró, 
Et  suso  un  árbol  frondoso 
En  el  musgo  s'acostó. 

Estaba  entre  duerme  et  vela, 
Quando  rumor  que  se  oyó, 


8 

Sin  saber  de  dó  venie, 
Muy  cedo  le  desveló. 

Yer  heis  un  páxaro  verde 
Qu'allá  en  el  árbol  posó, 
Do  su  fembra  plora  el  punto 
Triste,  do  sola  fincó. 

Don  Flores  que  desde  niño 
Fue  de  sciencias  amador, 
En  la  parla  de  las  aves 
Se  fizo  gran  sabidor. 

Atento  á  escochar  se  puso, 
Se  puso  con  atención, 
D'ambos  los  páxaros  verdes 
Una  estrafia  contención. 


CANTAR  DE  LA  QUERELLA  QUE  HOVIERON  LOS 
PAXAROS. 

Esto  dezia  á  si  mesmo  el  páxaro  viajador. 

«Del  vergel  vengo  de  amor, 
«iAy  del  vergel!» 

Vide  alli  las  tres  toronjas. 
Las  toronjicas  fallé, 
E  d'esto  tal  solaz  hove 
Comodezillo  non  sé. 

«Del  vergel  vengo  de  amor; 

»¡Ay  del  vergel!» 


9 

Torno  al  árbol  é  á  la  tierra 
Donde  mi  amada  dexé, 
Coidando  que  llegarle 
Muy  mas  cedo  que  llegué. 

«Del  vergel  vengo  de  amor; 

»¡Ay  del  vergel!» 

Enojo  comigo  habrá; 
Pero  yo  aplacarla  he 
Con  caricias,  con  falagos, 
Que  somiso  la  faré. 

«Del  vergel  vengo  de  amor; 

»¡Ay  del  vergel!» 

Hela,  hela  qu'en  el  nido 
Coidosa  et  mustia  se  ve, 
Asmando  que  muerto  sea, 
O  qu'el  su  amor  olvidé. 

«Del  vergel  vengo  de  amor; 

))¡Ay  del  vergel!» 

COMIENZA  aquí  LA  CONTIENDA  DONDE  EL  PAXARO 
VERDE  DIZE  ET  LA  PAXARA  REPLICA. 

Dize  el  páxaro, 

— ¡Paxarica,  Dios  te  guarde 
Qual  en  l'alma  te  guardé! 
Cese,  cese  esa  tristura, 
E  aplasciente  mírame. 

«Del  vergel  vengo  de  amor; 

»iAy  del  vergel! 


iO 


Replica  la  páxara, 

— Mal  vengas,  el  mal  esposo 
A  quien  en  vano  esperé: 
Agora  mas  te  desamo, 
Muy  mucho  mas  que  te  amé. 

«Del  vergel  vienes  de  amor; 

))iAy  del  vergel!» 

Frió  et  solitario  el  nido 
Luengos  días  encontré, 
Et  la  metad  me  sobrara 
En  noches  que  allí  pasé. 

«Del  vergel  vienes  de  amor; 

))¡Ay  del  vergel !'> 

Vibda  et  sola  me  dexaste, 
E  á  mas  zelosa  finqué. 
¿Fuiste  buscar  otro  dueño? 
Pues  otro  yo  fallar  hé. 

«Del  vergel  vienes  de  amor; 

»¡Ay  qué  vergel!» 

Dize  el  páxaro. 

— Non  mas,  vida,  me  querelles, 
Ca  si  el  cuerpo  absenté  fue. 
El  alma  fincó  contigo, 
D'al  que  de  ti  non  curé. 

«Del  vergel  vengo  de  amor; 

«¡Ay  del  vergel!» 


tí 


Replica  la  páxara. 

— ¿Qué  mas  ventura  quedes 
Me  teniendo  á  lu  merced? 
¿Quién  fallaste  en  otras  tierras 
Que  te  amase  qual  te  amé? 

«¿E  fuiste  al  vergel  de  amor? 

»iAy  qué  vergel!» 

Culpa  das  á  las  toronjas, 
Pero  yo,  ingrato,  bien  sé 
Que  una  paxarica  blanca 
Pudo  mancillar  tu  fe. 

«¿Del  vergel  vienes  de  amor? 

»;Ay  qué  vergel!» 

E  pues  la  fe  me  has  falsado, 
Desde  agora  te  diré: 
Donde  el  verano  pasaste. 
El  invierno  á  pasar  vé. 

"¿Del  vergel  vienes  de  amor? 

»¡Ay  qué  vergel!» 

Fuye  de  mí,  cruel  esposo, 
Pues  sola  mejor  seré 
Que  non  mal  acompañada 
De  quién  sencilla  fié. 

«Tórnate  al  vergel  de  amor; 

»iAy,  al  vergel!» 


12 

Dize  el  páxaro. 
— Cese  tu  enojo,  enojada, 
Non  haya  mas,  por  tu  fe;   * 
Nunca  he  quebrado  la  mía, 
Entera  te  la  guardé. 

«Mal  haya  el  vergel  de  amor: 
»;Ay  el  vergel!» 

Si  perdonanza  me  niegas, 
Por  desdenes  moriré: 
Somiso  te  la  demando 
De  quanto  contigo  erré. 

«Tú  eres  mi  vergel  de  amor, 
»;Ay  mi  vergel!» 

PROSIGUE    LA    FABLA. 

Sospiros  que  van  é  vienen; 
Ya  en  el  nido  son  los  dos, 
Et  de  verse  tras  absencia 
.Gracias  mil  davan  á  Dios. 

Querellas  de  namorados 
Nublos  son  de  la  calor. 
Pasados,  el  sol  mas  brilla, 
Pasadas,  cresce  el  amor. 

CANTAR  DE  LA    PAXARA. 

«Las  pazes  son  fechas , 
»La  guerra  finó, 
«Agora  dezirme  has 
»Lo  que  allende  le  pasó.» 


13 


CANTAR    DEL    PAXARO. 


«Volando,  volando  las  tierras  corrí; 
> Volando,  volando  la  mar  trespasé; 
»AI  vergel  d^amores  d'alueile  le  vi , 
«Volando,  volando  al  vergel  entré. 
«Tres  lindas  toronjas,  toronjas  fallé  , 
"Tres  lindas  toronjas  qu'estaban  allí; 
"Tomarlas  quixiera,  mi  bien,  para  ti, 
"El  fado  lo  veda,  sin  ellas  torné. 
"Mastrúxete  Taima  colmada  de  fe 
)>E  amor  mas  sobrado  é  fiel  que  te  di 
"La  primer  vegada  que  te  conoscí, 
"Et  entre  sospiros  delicias  gozé.» 

AGORA  PROSIGUE  EL     PAXARO    NARRANDO    QUIENES 

LAS    TRES     TORONJAS    ERAN  ,     ET    LA    GUISA    COMO 

FUERON    FECHIZADAS. 

Tres  encantadas  Princesas 
Las  tres  toronjicas  son , 
Mezquinas  como  fermosas, 
Et  de  muy  noble  nascion. 

Es  Tuna  del  Soltan  fija  , 
Que  un  luszero  semejó: 
Del  Rey  de  Francia  es  la  otra , 
Que  mas  que  luna  brilló: 

Otra  del  Rey  de  Caslilla, 
Mas  relumbrante  qu'el  sol 
Quando  aparesce  bañando 
Las  campiñas  d'arrebol. 


14 

Malquerencia  las  habie 
ün  perro  d'encanlador , 
Moro,  prieto,  torpe  et  feo , 
Sucio,  et  infame,  et  traidor 

Por  mancebas  las  querie; 
Mas  repelido  se  vio, 
E  asidas  de  ios  cabellos 
Por  los  aires  las  llevó. 

En  los  foso?  duna  torre 
Las  tres  Princesas  cierro 
Con  agua  fasta  la  cinta, 
Qu'el  vellas  era  dolor. 

LETRA  DEL  PAXARO. 

Luxuria  l'aquexa, 
Quiere  las  violar, 
Mas  ciego  fmcava 
Si  lo  iva  intentar. 

Otrosi,  un  León 
Las  y'á  defensar, 
Quando  el  negro  moro 
Las  iba  á  forzar; 

Ca  el  fado  ponie 
De  non  las  gozar 
Sin  el  grado  d'ellas. 
Sin  fazerse  amar. 

PROSIGUE    LA    FABLA. 

Asmando  ser  imposible 
Fechizalas  el  traidor. 


15 
E  mudadas  en  toronjas 
Las  lleva  al  vergel  d'amor. 

Púsolas  que  allí  estoviesen 
En  muy  estrecha  prisión, 
Do  lloren  las  coitadicas 
Sus  penas  de  corazón , 

Mientra  non  venga  á  librallas 
Un  fijo  d'Emperador, 
Que  de  agua,  tierra  et  fuego 
Haya  sido  vencedor. 

Otrosí,  que  namorado 
Fuese  de  quien  nunca  vio, 
Et  compílese  la  su  fe, 
A  la  que  su  fe  le  dio, 

Maguer  fea  se  tornase  , 
Et  prieta  como  carbón, 
Aquella  á  quien  blanca  et  blonda 
La  diera  su  corazón. 


COPLAS  QU'EÍ.  narrador  FAZE  EN  CONHORTE  DE 

LAS  DAMAS  QUE  NON  CREIEN  HABER  HOME  TAL 

QUE  DESFECaiZASE  LAS  PRINCESAS. 

<(0h  presciadas  Damas  bellas, 
))Que  abrasáis  como  centellas 
^Corazones, 
»Non  vayades  presumir 
»Que  Poncellas 
>)Por  tan  fuertes  condiciones 


f6 

»Vaii  las  Princesas  vevir, 

)^Et  morir, 

)>Cada  qiial  en  su  toronja. 

i>Yo  vos  puedo  asigurar 
í)E  afirmar 
»Sin  lisonja, 

»Que  do  haya  un  trovador 
"Presciado  de  gentil  home 
))x\on  fallescerá  al  amor , 
>'Nin  á  la  fe  un  complidor 
»Que  la  su  defensa  tome. 

^)Bien  que  fea,  ó  que  fermosa 
»La  moger 

)>\1  varón  sabe  vencer 
))Generosa, 

»Et  d'él  se  faze  querer 
í>Si  le  dispensa  plaszer 
))Dulcemiente  cariñosa. 

)>En  vano  tosca  corteza 
^>D'alma  entendida  es  prisión: 
»Del  espíritu  l'alteza 
"Mas  cativa  un  corazón, 
»Que  non  la  esterior  belleza. 

»Por  ende  el  que  feo  ama 
))Non  en  su  cariño  ceja; 
»Si  es  entendida  su  Dama 
»Muy  fermosa  le  semeja.» 


17 


TORNA  EL  PAXARO  A  DEZÍR  LO  QL"  ERA  EL  VERGEL 
D'AMOR. 


D'agudas  tajadas  rocas 
El  maldito  encantador 
Cercado  fizo  el  vergel 
Por  defensalle  mejor. 

La  puerta  havie  celada 
Suso  un  lago  fervidor, 
Por  qu'al  velle  desfallesca 
El  mas  audaz  amador. 

Del  vergel  et  las  toronjas 
Un  gigante  es  guardador, 
Feo,  que  es  miedo  miralle, 
Fuerte,  que  causa  pavor.  . 

Vela  con  ojos  cierrados, 
Et  si  los  tiene  avizor 
Entreabiertos,  flamegantes, 
Es  que  duerme  á  mas  mejor. 

Semejando  estar  en  sueños 
Faze  presa  á  su  sabor 
En  el  que  incauto  s'allega 
Coidando  duerme  el  traidor. 

Si  es  en  verdad  adormido 
Lo  desmiente  el  resplandor 
De  sus  ojos,  é  ninguno 
Le  acomete  de  temor. 

Otrosí,  por  virtud  há 
Correr  sin  comparación, 


18 

Mas  rápido  que  non  vuelan 
Nin  águila  ninfalcon. 

En  cada  trancada  faze 
Siete  leguas,  si  mas  non; 
Maguer  de  pies  á  cabeza 
Y'armado  en  toda  ocasión. 

El  camino  del  vergel 

-—Callad,  páxaro,  por  Dios, 
Non  digades  del  camino, 
O  grand  mal  verná  á  los  dos. 

Si  Don  Flores  lo  sopiese 
DexarM  al  Emperador 
Por  ir  ganar  las  toronjas 
En  el  vergel  de  Tamor. 

Muertos  seremos  estonce 
Sin  ayuda  nin  favor, 
Yo,  por  qu'escoché, 
Vos,  por  fablador. 

Ellos  en  aquesto  estando 
Cuerno  de  caza  sonó: 
Era  el  guarda  de  los  bosques 
Qu'ansi  cantando  pasó. 

CANTAR  DE    LA  CAZA. 

«Sus,  las  trabillas  et  fierros, 
))Los  mis  canes,  ¡alhilí! 
»Vos  quité,  et  por  esos  cerros 
»Sigamos  al  javali. 
í)¡Alhilí,  alhilí! 

»En  el  bosque  enmarañado 


19 

«Con  diez  puntas  coronado 
»Yo  le  vi, 

)>Yide  al  ligero  venado 
»Que  tras  su  fembra  enzelado 
"Bramando  va  por  allí. 
wAlhilí,  alhilí. 

«Sus,  mis  canes,  á  cazar: 
"Correr,  correr,  mas  correr, 
»Sin  tardar, 

)>Por  fresca  vianda  ha  ver 
»Et  la  corada  ganar. 
)) Alhilí,  alhilí. 

))La  res  viene  por  aquí, 
»Correr,  correr,  mas  correr; 
)>A1  atajo  por  allí; 
»Hao!  hao!  por  ahí. 
«Alhilí,  alhilí.» 

PROSIGUE  LA    PLATICA. 

Al  ladrido  de  los  canes 
E  vozes  del  cazador, 
Fuyen  los  páxaros  verdes 
Llenos  d'espanto  é  pavor. 

A  tal  fincará  Don  Flores, 
A  tal  Don  Flores  fincó , 
Que  non  sabe  si  es  dormido, 
O  si  despierto  soñó. 

Déla  selva  se  salie, 
En  la  su  cámara  entró, 


20 

Et  Cuidando  va,  coidando 
En  lo  que  al  páxaro  oyó. 

CANTAR  DE  DON  FLORTS. 

«¡Mezquino  de  mí! 
»¿Quién  ¡ay!  sabidor 
)>Me  dirá  del  caminico 
»Del  vergel  d'amor? 

)>¿Quién  del  mi  fastío 
»Me  poede  librar, 
)>Si  el  vergel  d'amor 
«Non  voy  á  topar? 

«¡Triste,  triste  soy, 
"E  á  morir  voy!» 

COPLA    QUE    SIGUE    NARRANDO. 

Sobre  un  árbol  qu'ende  habie 
Donde  las  finiestras  son, 
En  que  Don  Flores  salie 
A  querellar  su  pasión, 
Un  xilguero  se  ponie, 

E  cantaba  la  canción 
Que  paresce  respondió 
Conforme  á  su  corazón, 
E  d'esta  suerte  dezie. 

CANTAR  DEL  XILGUERO. 

«Quien  coide  su  aliento 
))Muy  alto  tener, 


»Ponga  el  pensamiento 
))En  linda  moger. 

»Quien  mustio,  aborrido, 
)>Non  se  quiera  ver, 
"Que  ponga  el  sentido 
))En  linda  moger. 

«Estonce ,  contento 
»Respira  et  plaszer, 
«Quien  há  el  pensamiento 
«En  linda  moger.« 

PROSIGUE  LA  PLATECA  EN  OTRA  MANERA  DE 
ASONAR. 

Pasan  dias  é  mas  dias, 
Luengos  meses  van  pasar: 
Muy  doliente  está  Don  Flores, 
Non  poede,  non,  reposar. 

El  ánimo  le  fallesce, 
Del  lecho  non  se  v'alzar ; 
En  la  cámara  se  cela 
Por  ser  mas  libre  en  plorar. 

Súpolo  el  Emperador; 
Cedo  le  fue  á  vesitar, 
E  ya  estando  en  su  presencia 
Ansi  comienza  á  fablar. 

FABLA  DEL  EMPERANTE  ET  SU   FIJO. 

Dize  el  Emperador. 

¿Qué  ha  vedes,  el  fijo  mió? 
¿Aquesto  qué  poede  estar? 


22 


Replica  D.  Flores. 

Siéntome,  el  padre,  morir; 
Nadie  non  lo  ba  d'empachar. 

Dame  el  corazón  latidos, 
Qu'el  pecho  me  van  quebrare, 
El  á  pos  sin  se  mover 
Semeja  ya  de  fincare. 

La  sangre  fierve  un  momento, 
E  otro  muy  fría  v'a  estare: 
Sin  luz  et  secos  mis  ojos 
Non  poeden  ver,  nin  plorare. 

Lenta  fiebre  me  consume, 
Fuerzas  me  quieren  dexare: 
El  mal,  mi  padre,  qu'he. 
Non  vos  lo  sabré  esplicare. 

Dize  el  Emperador. 

Non  vos  congojedes,  fijo, 
Non  vos  vayáis  congojare. 
Pues  homes  hay  en  el  regno 
Que  vos  sabrán  remediare. 


Suenan  trompase  clarines, 
Añafiles  é  atabales, 
E  corren  por  las  aldeas, 
E  paran  en  las  cibdades. 

Los  gritadores  pregonan 
Por  mando  del  Emperante, 


23                                                               *  \ 

Que  quien  sanara  á  Don  Flores  '' 

Grandes  préselos  v'á  ganare.  i 

FABLA  DE  CÓMO  SE  AYUNTARON  LOS  SABIDORES. 

Astrólogos  que  venien, 

Físieos  que  van  llegar,  ] 
Jodíos ,  moros ,  cristianos, 

Quieren  Don  Flores  sanar.  : 

Ayuntados  en  concejo  ! 

•  Se  ponen  deliberar  ; 
Lo  qu'en  lal  caso  farien, 

Lo  qu'en  tal  trance  farán.  ; 

Unos  coidan  que  quartanas  : 

De  Don  Flores  era  el  mal;  *  j 
Otros  replican  que  non, 

Et  que  há  gota  coral.  ' 

Otros  claman  que  há  la  peste,  ] 

Otros  dizen  non  ser  tal ,  ' 

Et  que  los  malos  alguno                           '  i 

Mal  queriente  le  fue  á  dar.  * 

Quién  de  yervas  amargosas 

Ordena  de  le  fartar,  \ 

Quién  con  los  fierros  candentes  | 

Se  propone  le  abruciar.  j 

Quién  qu'agua  bendita  trayah,  j 

Para  el  Diablo  conjurar  ^   1 

Con  el  guisopo  et  las  preces,  h 

Un  preste  é  un  sacristán.  \ 

Estando  ansi  querellando  ■ 
Sin  un  acuerdo  tomar, 


24 

Jodíos,  moros,  cristianos 
Comienzan  se  denostar. 

Juran  unos  por  Galeno, 
Et  otros  por  Hipocrás; 
A  Aberroes  é  á  Avicena 
Claman  otros  sin  jurar. 

Nadie  cede  en  la  querella, 
Ninguno  non  v'á  cejar, 
Ca  es  de  nescios  el  su  error 
Querer  siempre  sostentar. 

Batallando  está  el  enfermo 
Con  dos  males  á  la  par: 
Uno  es  su  fiebre,  et  el  otro 
Los  que  la  quieren  sanar. 

Del  que  natura  le  diera 
Bien  se  poede  delibrar; 
Del  que  le  fazen  dotores 
Si  prosigue  v'á  finar. 

Ellos  en  aquesto  estando, 
Pobre  vieja  vino  á  entrare 
A  do  yacie  Don  Flores, 
Et  púsose  á  le  catare. 

Catando  l'eslá,  catando, 
Et  luego  sin  mas  dubdare 
Ofresce  de  le  guarir 
Si  royen  en  poridade. 

Astrólogos  mofan  d'ella, 
Médicos  la  van  burlare, 
El  Emperador  con  ira 
A  todos  manda  callare. 


E  tornándose  á  la  vieja 
Lleno  de  angustia  et  pesare, 
Veredes  qual  del  doliente 
La  comienza  á  pescudare. 

Dize  el  Emperador, 

Dime,  dime,  buena  fembra, 
Si  Dios  t'haya  de  guardare, 
¿Qué  remedio  al  mió  fijo 
Me  consejas  de  le  daré? 

Replica  la  Vieja. 

Ocio  et  fastío  es  el  mal 

Qu'ha  vueso  fijo  carnale;  | 

Si  verle  queredes  sano,  | 
Fazed  lo  que  yo  mandare. 

Mandéisle,  mandéisle  cedo»  \ 
Mandéisle  cedoá  cazare, 

E  físicos  é  dotores  í 

Fazed  d'aqui  destierrare.  j 

Los  aires  del  campo  puros  | 
Mucho  rhan  de  consolare  , 

Et  muy  mas  si  se  propone  j 

Ir  sus  venturas  buscare.  ; 

Si  tal  fazedes.  Señor,  j 

Bien  guarido  tornar  hae,  ■ 
Trayendo  la  noble  fembra 
Con  quien  s'habrá  de  casare. 

Ansi,  ansi,  -i 

Lo  propone  el  fado  á  mi.  ' 


26 

Esto  oyó  el  Emperador, 
E  sin  mas  lo  demorare, 
A  los  dolores  sañosos 
Del  Palacio  faz  lanzare. 

Manda  guarnir  los  cavallos, 
Los  cavalleros  armare, 
Aparexar  las  ballestas, 
Quitar  trabillas  á  canes. 

Ayúntanse  sin  tardar 
Los  ricos-bornes  et  pages; 
Todos  quieren  ser  primieros, 
Ninguno  arriedro  fincare, 

Cuernos  de  caza  que  suenan 
Por  los  bosques  sin  cesare, 
Relincbos  de  los  cavallos, 
De  falcones  el  cridare, 

De  los  canes  el  ladrido, 
Et  de  la  turva  el  clamare, 
A  Don  Flores  que  tal  oye 
Comienzan  reanimare. 

Salta  del  lecbo  priado, 
E  pónese  á  cavalgare, 
Et  se  veyendo  en  el  campo 
Guarido  coida  d'estare. 

Con  algazara  et  solaz 
El  é  su  compaña  parten, 
Como  banda  de  colombas 
Que  libres  baten  los  aires. 

Ibanse  por  las  llanuras, 
Por  montañas  otro  tale: 


27  I 

Qualro  dias,  qualro  noches  | 

Non  cesan  non  de  cazare.  ¡ 

Ansí  aun  rio  son  llegados. 
Que  non  es  de  vadeare; 

Mas  su  cavallo  et  Don  Flores  i 

En  él  se  van  á  lanzare.  I 

Monteros  que  Facompañan 
Non  osan  d'alH  pasare:  j 

En  la  ribera  fincaron  ' 

Temerosos  et  cobardes. 

Cedo  cavallo  et  ginete 
De  vista  perdido  han, 
Et  los  coidando  afogados, 
Su  muerte  plorando  están.  j 

Ayuntados  son  en  uno  ,  j 

Para  el  caso  consultar, 

Los  que  al  mezquino  Don  Flores  j 

Le  llovieron  de  acompañar.  ' 

— <^¿Qué  al  Emperante  diremos? 
»¿Qué  cuenta  le  havremos  dar  j 

»Quando  demande  del  fijo  j 

»Que  nos  quiso  encomendar?»  • ! 

Fuerte  cordojo  sentien,  >  ■ 

El  non  saben  qué  faran:  ^  1 

Unos  de  fuir  proponen,  j 

Otros  consejan  quedar.  ■ 

En  fin,  fin  todos  acuerdan  \ 

Un  buen  engaño  trazar,  ; 

E  fengir  que  su  Señor 
Aventuras  fue  á  buscar. 


28 

Esto  acordado  se  parlen, 
Esto  acordado  se  van, 
Plorando  de  los  sus  ojos 
Mas  aguas  que  mares  han. 

Caminando  á  mas  mejor 
Al  palacio  van  llegar, 
E  al  verlos  el  Emperanle 
Les  comienza  á  pescudar . 

«¿Qué  se  fizo  el  mió  fijo 
))Que  non  le  veo  arribar? 
^>¿Qué  fezistes  del  mi  fijo? 
>^Non  le  querades  celar.» 

Todos  fincaron  mohínos, 
Ningun'osa  de  fablare. 
Si  non  fuera  uno  que  solo 
Esto  pudo  replicare : 

— El  vueso  fijo.  Señor, 
Mandónos  aqui  tornar, 
So  pena  á  quien  le  siguiere. 
Que  le  faria  enforcar. 

Con  ñusco  aqueste  mensage 
Le  plugo  vos  enviar ; 
Escochalde,  si  vos  plaze, 
Antes  de  nos  condenar. 

MENSAGE  DE  DON  FLORES  QUE  FENGIERON  LOS  DE 

su  compañía. 

«Al  mi  padre  le  diredes 
»Que  de  hoy, 


29 

»Libre  como  ya  me  vedes, 
))Mis  venturas  buscar  voy. 

wAnsi  quiero 
»Las  espuelas  conquerir 
))Et  la  espada  me  ceñir 
»De  cavallero. 

»Farto  tiempo  ocioso  fuera 
«Adormido  mi  valor; 
»Farto  tiempo  m'estoviera 
))Sin  haver  gloria  guerrera 
»E  sin  amor. 

»Mas  vino  el  dia  do  quiero 
))Coidarme  d'honrosa  fama, 
»E  ser  d'una  noble  Dama 
«Campeón  et  cavallero.» 

PROSIGUE    LA    FABLA. 

Maguer  aqueste  mensage 
Su  saña  non  fue  á  tiemplare, 
El  Emperador,  qu'al  fijo 
Por  perdido  ó  muerto  hae, 

Manda  venir  ballesteros 
Por  la  gente  saetare: 
Muchos  de  tropel  acuden, 
Ninguno  lo  retardare. 

Home  vivo  non  fincara 
Para  tal  caso  plorare, 
Si  non  que  á  la  pobre  vieja 
Pliigole  al  cielo  enviare, 


30 

Por  de  muerte  mala  et  fiera 
Los  inocentes  salvar, 
Que  sin  haber  compasión 
Allí  querien  matar. 

Lo  que  la  vieja  dezie. 

«Non,  Emperante,  fagades 
"Esa  gente  castigare, 
»Ca  es  sin  culpa  quando  al  fado 
«Nada  puede  contrastare. 
»;Ay  de  ti!  perdido  vas, 
»Si  fiducia  en  mi  non  has!» 


Esto  qu'oye  el  Emperante 
Las  sus  iras  fue  á  placar, 
Et  hovo  á  bien  las  sus  gentes 
De  la  muerte  delivrar. 


Esto  ansí  dejando 
Para  otro  logar, 
.  Del  Principe  agora 
Tornemos  narrar. 

SIGUE  LA  FABLA   EN  OTRA  MANERA    D'ASONAR 

El  cavallo  de  Don  Flores 
Era  un  animal  fadado; 
Diérasele  la  nodriza 
Qu'á  sus  pechos  l'ha  criado. 


31 

Esta  tal  fuera  una  Fada 
Qu'el  cielo  habie  enviado 
Para  fazer  á  Don  Flores 
Cavallero  fortunado. 


Ya  se  narró  cómo  á  un  rio 
Sin  algún  puente  nln  vado, 
Don  Flores  et  su  bridón 
Animosos  s'han  lanzado. 

Mientra  los  coidaban  muertos 
Quanlos  Than  acompañado, 
El  cavallo  et  el  ginete 
L'opuesta  orilla  han  ganado. 

E  non  bien  pisan  Tarena 
A  correr  han  comenzado: 
Non  corrien,  mas  volaban 
Como  el  sacre  mas  presciado. 

Corre,  corre,  vuela,  vuela 
El  bridón  nunca  cansado: 
Nin  sudor,  nin  blanca  espuma 
El  su  pecho  han  salpicado. 

Salta  peñas  é  altos  riscos , 
Como  si  corriese  en  prados; 
Se  mete  por  los  desiertos 
Fugiendo  de  los  poblados. 

Don  Flores  es  sin  sentido 
Veyéndose  rebatado: 
Dubdoso  va  de  su  suerte , 
De  fambre  et  sed  apretado. 


32 

Al  cavallo  tener  quiso, 
Mas  vano  fue  su  coidado, 
Ca  de  las  riendas  se  burla; 
Non  le  represa  el  bocado. 

Ivase  á  desesperar, 
Quando  el  bridón  ha  fincado 
Ant'el  atrio  duna  hermita 
Qual  sirhoviesen  clavado. 

Viérades  cómo  á  su  encuentro 
Les  salie  un  hermitaño 
Con  barba  blanca  á  la  cinta, 
Et  talante  asaz  estraño. 

Semeja  que  de  su  vida 
Mas  d'un  siglo  era  pasado, 
Ca  para  andar  s'apoyava 
En  un  rústico  cayado. 

Dice  el  Hermitaño. 

Bien  venido  sea  el  Don  Flores, 
El  Donzel  tanto  presciado; 
En  antes  que  tú  nascieses 
Cient  añost'havie  esperado: 

El  dia  que  tú  nasciste 
Fuérame  á  mi  revelado; 
Et  el  dia  que  llegaste 
Complido  está  ya  mi  fado. 

Replica  Don  Flores, 
Buen  Padre,  déisme  un  alvergue 
Qu'asaz  soy  de  fadigado: 


33 

Diez  dias  con  onze  noches 
Corrí  sin  haver  parado. 

Diez  dias  el  sol  ardiente 
Los  mis  membros  ha  quemado; 
Onze  noches  las  estrellas 
Délos  cieios  he  contado. 

Ivame  á  desesperar 
A  non  vos  haber  fallado: 
Que  m'acorrades  vos  ruego 
Si  me  queredes  ver  salvo. 

Dice  el  Hermüaño, 

jDonzel  qu'ansí  te  querellas. 
Asaz  me  semejas  blando! 
Quien  grandes  empresas  sigue 
Debe  ser  muy  trabajado. 

Si  d'ánimo  eres  pequeño, 
Non  es  para  ti  guardado 
Conquerir  las  tres  toronjas 
Del  vergel  d'amor  fadado. 

Tórnate,  tórnate  cedo, 
Tórnate  para  tu  estado, 
E  allí  pasa  ociosa  vida. 
De  gloria  et  d'honor  privado; 

Pues  quien  cedo  s'acobarda 
De  villanía  es  retado 
Maguer  que  ciña  corona 
O  rija  cetro  dorado. 


34 


CANTAR  DEL    HERRÍITAÑO. 

«El  constante  cavallero 
»De  nobleza, 
«Jamás  atrás  la  cabeza 
»Torna  en  el  periglo  fiero: 

»Ca  fuir 
»Será  torpe  villanía; 
»Et  mas  al  noble  contenta 
»Yida  gloriosa  d'un  dia, 
»Que  non  mil  años  vevir 
«Con  afruenta.w 

SIGUE  LA  FABLA  EN  OTRA  MANERA  DE  ASONAR, 

Don  Flores  qu'aquesto  oyó 
Mudo  et  mustio  alli  fincara, 
Yeyendo  que  de  cobarde 
Algún  home  lo  retara . 

Mas  apos  tornando  en  sí 
Al  viejo  atal  replicara: 

Dize  D,  Flores. 

Non  m'agraviedes,  buen  Padre, 
Ca  non  miedo  m^aquexara. 

A  fazerde  valor  prueva 
Nadie  non  m'aventajara, 
Que  nunca  entró  en  el  mi  pecho 
Cosa  que  lo  deshonrara . 

Fallescer  el  cuerpo  pudo 
Haviendo  entera  mi  alma, 


35 

Que  alíi  s^ensalza  el  valor 
Donde  muerte  non  alcanza. 

Los  riesgos  et  las  fadigas 
Sabré  los  tener  en  nada , 
Nin  me  farán  retraer 
De  Fempresa  comenzada. 

Poner  quiero  la  mi  vida 
A  Dios  solo  encomendada, 
Et  de  venzer  hé  matando, 
O  morir  en  l'estacada. 

«Que  nadie  dirá  de  mi 
))Qu'un  punto  cobarde  fui.» 

ROSIGUE  LA  FABLA  EN  OTRA  MANERA  DE  ASONAR 

Contento  está  el  hermitaño 
De  lo  que  dize  Don  Flores, 
Et  para  mas  seguralle 
Darle  consejos  propone. 

LO  QUE  EL    HERMITAÑO   CONSEJO  A  DON  FLORES. 

Sus,  SUS,  el  noble  Donzel, 
Sus,  garzón  de  sangre  noble; 
Alienta,  que  Dios  te  guia 
Do  gloria  et  ventura  cobres. 

El  valor  et  la  prudencia 
Sigue  d'hora  para  estonce; 
Non  te  arriedren  los  periglos, 
Et  non  ciego  á  ellos  t'arrojes. 

Cuerdo  et  sin  ira  el  valiente 
Que  tal  ventaja  conosce, 


36 

Sin  mengua  del  ardimiento 
Defensa  et  ofensa  opone. 
Esa  mas  estrecha  senda 
Seguir  has  de  día  et  noche, 
Sin  coidar  d'otro  camino 
Muy  ancho  que  cerca  corre. 

Grandes  et  fuertes  periglos 
Contra  ti  el  fado  dispone; 
Engaños  é  artes  villanas 
De  malos  encantadores. 

Ansí  te  quieren  provar, 
Ca  lo  qu'es  de  grand  valore, 
Mucho  cuesta  d'adquirir, 
Et  mas  se  prescia  mejore. 

Nada  empescerte  podrá, 
Si  non  que  muestres  temore ; 
Ca  los  riesgos  son  la  gloria  . 
De  los  fuertes  corazones. 

Vé  adelante,  vé  adelante, 
El  viso  arriedro  non  tornes, 
Qu'el  periglo  es  á  la  frente; 
El  qu'á  la  espalda,  pasóse. 

Endonóte  estas  tres  joyas; 
Cada  qual  es  mas  mejore : 
D'ellas  valerte  non  has 
Fasta  en  extrema  ocasione. 

Ca  si  d'ellas  te  valieses 
Por  vil  miedo  ó  por  temore, 
Perder  han  la  su  virtud, 
E  tú  la  fama  et  buen  nome. 


37 


DiZESE  aquí  lo  QU'ERAN  LAS  TRES  JOYAS  FADADAS 

Un  aniello  constelado, 
Una  poma  de  cristal, 
E  una  esmeralda  presciada, 
Don  Flores,  voyte  á  endonar 

Ponías  sobre  el  corazón , 
Non  las  vayas  á  olvidar ; 
Nin  l'amistanza  del  viejo 
Que  te  las  fue  á  presentar. 

Si  mal  ferido  te  vierdes 
Et  cercano  d'espirar, 
Después  de  ser  vencedor 
El  aniello  quebrar  has. 

Guarido  en  el  mismo  punió 
Sano  et  salvo  vas  fincar, 
Para  seguir  de  l'empresa 
Lo  que  te  poeda  faltar. 

Si  fambre  et  sed  te  fadigan 
Sinpodellas  enturar, 
Et  que  por  tierra  y  asciendo 
IVon  te  poedas  levantar, 

La  poma  pon  en  tus  labros 
La  poma  de  buen  cristal, 
Et  luego  la  sed  et  fambre 
Fartura  s'han  de  tornar. 

Si  enemigos  te  persiguen, 
Que  prudente  has  d'evitar, 
L'esmeralda  al  aire  lanza, 
Et  vellos  has  y  parar. 


38 

De  lo  al  qu'acaesciere 
Non  me  cumple  de  fablar: 
Sigue,  sigue  la  lu  via. 
Non  cures  d'atrás  mirar. 
Ea,  sus,  el  cavallero, 
Ea,  sus,  á  cavalgar. 

Esto  que  dixo  el  anciano, 
Sin  el  eslrivo  lomar, 
Sobre  el  bridón  impaciente 
Don  Flores  fuese  á  lanzar. 

SIGUE  LA  FABLA  CON  OTRA  MANERA  DE  ASONAR, 

ET  NARRASE  LA  GRAND  BATALLA  QUE  DON  FLORES 

HOBO  CON  UN  ESPANTABLE  DRAGÓN. 

Corren,  corren,  vuelan,  vuelan 
Sin  punto  descaescer, 
Don  Flores  et  su  cavallo; 
Nin  se  quieren  detener. 

Por  el  estrecho  sendero 
La  su  via  van  tener; 
Fadiga  non  les  empesce 
Porque  hayan  menos  correr. 

Llegados  á  un  hondo  valle 
ün  dragón  v'á  parescer 
Que  de  su  cueva  salie: 
;Espantoso  era  de  ver! 

Brota  flamas  de  sus  ojos 
Et  de  su  garganta  cruel; 
Et  su  lengua,  qual  saeta. 
Lanza  ponzoñosa  hiél. 


Las  armas  mas  bien  tiempladas  I 


39 

Alas  tiene  por  volar. 
Garras  para  acometer, 
Escamas  duras  de  azero 
Con  qu'el  cuerpo  defender.  ^ 

En  ellas  vanse  á  romper, 
Sin  que  ninguna  al  dragón 
Voeda  ferir  ni  empescer , 

Fueras  ende  d'una  falla 
Como  punta  de  alfiler, 
Qu'há  celada  en  un  logar  ^ 
Que  nadie  non  ha  sai3er. 

Quando  la  fiera  venie 
Por  Don  Flores  ofender , 
Púsose  este  sobre  aviso 
Para  defensa  tener. 

Presentado  Tha  el  escudo 
Queriéndola  detener, 
Mas  ella  entre  las  sus  garras 
Pedazos  le  v'á  fazer. 

En  vano  el  noble  adalid, 
Ya  de  punta  ó  de  revés, 
Animoso  con  la  espada 
Pasarla  quiere  al  través, 

Cal  ferir  en  las  escamas 
Fuese  l'espada  á  romper, 
Et  fincado  ha  Don  Flores 
Sin  que  se  poeda  valer. 

Las  sus  armas  et  sus  carnes 
Desgarra  el  monstruo  á  la  vez, 


40 

Et  desangrado  fallesze 
El  mal  ferido  Donzel. 

Mas  non  por  ende  s'arriedra, 
Nin  quiere  el  campo  ceder: 
Quanto  se  ve  mas  llagado 
Mas  pugna  para  venzer. 

Con  un  agudo  venablo 
Al  Dragón  v'acometer: 
Dale  golpes  en  los  ojos 
Para  ciego  le  poner. 

Plugo  al.cielo  l'acerlase 
Do  ferida  podie  ser 
La  fiera,  et  donde  llagada, 
Su  vida  havie  de  perder. 

Rodando  caen  por  las  penas 
El  vestiglo  et  el  Donzel, 
Revolcándose  en  su  sangre, 
Firiéndose  de  tropel. 

Con  las  ansias  de  la  muerte 
Ambos  se  van  retorcer 
Qual  las  serpientes  rabiosas 
Luchando  suelen  fazer. 

Pero  aún  el  garzón  respira 
Quando  el  Dragón  muerto  es: 
La  palma  de  la  victoria 
Dios  le  quiso  conceder. 

Estonce,  maguer  llagado 
Et  cerca  de  perescer 
Don  Flores,  á  levantarse 
Pro  vara  una  et  otra  vez. 


41 

Como  le  falleszen  fuerzas 
Non  se  poede  sostener: 
Cayóse  sobre  una  peña 
Mal  su  grado  et  su  querer. 

En  su  calda  el  aniello 
Que  del  hermitaño  fue 
Se  quebrara,  el  en  un  punto 
Don  Flores  sano  se  ve. 

Non  sabe  si  s'enojar 
De  que  tal  fue  á  acaescer: 
Teme,  coiden  si  fechizos 
Allí  Phovieron  valer. 

Mas  non  s'ha  por  amenguado 
Porque  bien  es  de  saber 
Qu'acaso  et  non  voluntad 
Fizo  el  aniello  romper. 

Et  que  non  fuera  rompido 
Fasta  que  vencido  es 
Por  el  noble  cavallero, 
Dragón  que  yace  á  sus  pies. 

DIZESE  EN  OTRA    MANERA   d'aSONAR   LO   QUE   VEN 
CIDO   EL    DRAGÓN    ACAESClÓ   A    DON    FLORES. 

Sano  et  salvo  es  ya  Don  Flores, 
Sano  et  salvo  ya  se  mira: 
Non  siente  ya  mas  dolor, 
Ya  non  siente  sus  feridas. 

Arremete  á  cavalgar; 
Mas  el  cavallo  fuia, 


42 

El  semeja  que  le  burla 
E  á  relinchar  se  ponia. 

Llamávale  con  falagos, 
Mas  en  vano  lo  fazia; 
Llamávalo  con  enojo, 
Pero  nada  conseguía. 

Si  el  cavallero  es  lexano 
El  bridón  se  detenia, 
Et  si  cerca  d'alcanzalle, 
Muy  mas  el  bridón  corría. 

Sigúele,  sigúele  empero 
Don  Flores  con  mas  porfía, 
Et  quando  coida  tomalle 
Muy  mas  lejos  le  tenia. 

Entranse  en  un  arenal, 
Et  desierto  qu'alli  havia: 
Tan  luengo,  tan  luengo  era 
Qu'el  su  fin  no  se  veía. 

Siete  días,  siete  noches 
Por  el  desierto  corrían; 
Siete  días,  siete  noches 
Nin  comían  nin  bevian. 

Don  Flores  muy  fadígado 
Ya  caminar  non  podía, 
Quando  á  lueñe  devisó 
In  vergel  qu'aparescía. 

Arroyuelos  que  le  bañan, 
Sabrosos  frutos  que  cría, 
Al  que  fambre  et  sed  aquexan 
Con  reposo  et  solaz  brindan. 


i 


43 

Desde  aliieñe  cobdiciava 
Dei  Jardin  la  frondosía; 
Vé  en  el  arenal  la  muerte 
Quando  en  el  vergel  la  vida. 

Don  Flores  caminar  quiere, 
Mas  en  tierra  se  caia; 
Torna  á  alzarse  é  á  caer, 
Ca  sus  miembros  faliescian. 

S'arrastra  como  culebra. 
De  las  arenas  se  asía; 
Non  avanza  paso  alguno 
Por  mas  que  lo  proponía. 

Veyendo  ante  los  sus  ojos 
Agua  et  frutas  perescia 
De  fambre  et  sed  el  Donzel, 
Ca  se  mover  non  podia. 

Al  ver  sus  esfuerzos  vanos 
A  morir  se  disponía: 
El  cuerpo  manda  á  la  tierra, 
E  al  buen  Dios  el  alma  envia. 

Estando  ya  de  espirar 
En  su  postrera  agonía, 
Lembrádose  ha  el  buen  Donzel 
De  la  poma  que  tenia. 

De  la  poma  de  cristal 
Que  quando  se  despedía 
Le  diera  aquel  hermitaño 
Por  le  fazer  cortesía. 

Sacárala  muy  priado, 
En  sus  labros  la  ponia, 


44 

El  non  bien  puesto  la  hovo 
Reslorado  se  sentía. 

Fuerzas  cobra  et  se  levanta: 
Toma  del  vergel  la  via, 
Fasta  llegar  do  Tatiende 
El  cavallo  que  fuia. 


Si  á  Dios  adoras 
Alegres  serán  tus  horas; 
Si  en  Dios  fias, 
Alegres  serán  tus  dias. 

PROSIGUE  LA  FABLA  EN  OTRA  MANERA  D'ASONAR, 

et  dizese  como  don  flores  akrivó  al  vergel 
d'amor,  et  lo  qu'alli  vido  et  le  pasó. 

Llegado  que  hovo  al  vergel 
Don  Flores  fue  á  contemplar 
Ser  cercado  d'altos  muros, 
De  torres  otro  que  tale. 

Catando,  catando  estava, 
Catando,  catando  eslae 
Cómo  podiera  las  cercas 
Sin  ser  sentido  escalare.    . 

Las  murallas  son  bruñidas 
Et  tersas  como  cristale, 
E  guarnidas  las  almenas 
De  puntas  como  puñales. 

Dardos  defiensan  los  fosos 


45 

Que  non  son  de  numerare, 
Et  que  cierto  dar  han  muerte 
Al  que  los  quiera  asaltare. 

En  las  torres  hay  enanos 
Para  vozinas  sonare, 
Si  veniesen  cavalleros 
Por  las  toronjas  furtare.  | 

En  conmedio  del  vergel  i 

El  gigante  vido  estare;  ' 

Los  sus  ojos  son  abiertos;  j 

Lumbre  semejan  lanzare.  ] 

Conoscido  habie  Don  Flores  j 

Qu'en  buen  hora  fue  llegar,  ] 

Ca  el  gigante  en  sueños  era,  j 

Maguer  fengia  velar.  J 

Tres  vegadas  el  Vergel 
Quiso  el  Donzel  rodear;  . 

Arrastrándose  por  tierra  | 

Para  se  mejor  zelar.  -; 

Tres  vegadas  le  rodea  \ 

Sin  que  podiese  topar, 

Nin  quiebras  para  sobir,  i 

Nin  portillos  para  entrar.  j 

Iva  yá  desesperarse, 
Ivase  á  desesperar,  i 

Quando  oye  un  paxarico, 
Qu'ansí  se  puso  á  cantar.  ] 


46 


CANTAR  QUF  CANTO  EL  PAXARICO  PARA  CONHORTAR 
A  DON  FLORES. 

El  cavallero  qirhonor 
Haya  atquirir, 
El  en  el  Vergel  d'amor 
Las  toronjas  conquerir, 
En  aquel  lago  de  fuego 
Que  allí  se  mira  bollir 
Lánzese,  lánzese  luego, 
Sin  del  periglo  fugir. 

Que  su  bienandanza  cierta 
Le  depara  el  fado  fiel: 
El  l'entrada  del  Vergel 
Fallar  ha  franca  et  abierta 
El  animoso  Donzel 
Qu'en  busca  va  de  la  puerta 
Por  do  pueda  entrar  en  él. 
Cavallero,  alerta,  alerta. 

SIGUE  LA  FABLA   EN  OTRA  MANERA    D'ASONAR, 

Tres  vegadas  l'avecica 
El  su  cantar  repetió, 
Et  Don  Flores  que  Tescucha 
Pensativo  se  paró. 

Non  teme  de  s'abruciar, 
De  morir  non  ha  temor  ; 
Mas  coida  que  d'él  se  burle 
El  paxarico  cantor. 


47         '  •  ¡ 


Dice  Don  Flores  al  páxaro  cantor, 

Paxarico,  paxarico. 
Por  el  Dios  que  nos  crió 
Que  iwe  digas  tu  verdad, 
Et  sepa  tu  verdad  yo. 

Replica  el  páxaro  cantor  á  Don  Flores. 

Cayallero  que  pescudas, 
Cumple  con  el  tu  valor ; 
Non  temas,  non,  pues  que  tienes 
La  fortuna  en  tu  favor. 

CANTAR  DEL  PAXARO. 

Yia,  via,  el  caballero, 
Yia,  via, 
Qu'el  luszero 
Remanesce  ya  del  dia  : 

Et  del  sol 
Las  claras  luzes  qu'envia 
Va  seguiendo  el  girasol : 
Via,  via, 
Qual  tu  ventura  la  mia. 

En  la  verde  selva  umbría 
Ya  madruga  el  rosiñor, 
Donde  sus  solaces  canta, 
Quando  Tuna  et  Totra  flor 
Despierta  sobre  su  planta 


48 

Venlccillo  volador, 
Qii'á  tal  hora  se  levanta 
En  el  vergel  del  amor. 

Via,  via,  el  cavallero, 
Via,  vía 
Qu'el  luszero 
Remanesce  ya  del  dia: 
Ea,  sus,  á  pelear, 
Non  lo  vayas  retardar. 

SIGUE    LA    FABLA. 

Don  Flores  desqu'esto  oyera, 
Don  Flores  desqu'esto  oyó, 
Priado  al  lago  se  lanza, 
Priado  en  él  se  lanzó. 

Luego  que  tal  muestra  fizo 
De  su  denuedo  et  valor, 
El  agua  enantes  bóllente 
Clara  et  fresca  se  mudó. 

E  apenas  del  lago  al  fondo 
El  cavallero  tocó, 
Quando  libre,  sano  et  salvo, 
Dentro  del  vergel  se  vio. 


Por  ventura  aquella  noche 
Ebrio  era  Don  Alcor, 
Et  maguer  suenan  vozinas 
Los  enanos  con  furor. 


49 

Non  del  letargo  salle 
Que  de  seso  le  privó; 
Nin  íembra  de  las  toronjas, 
Nin  de  Dios  que  las  crió. 

Entre  villanos  se  suena 
Qu/en  el  vino  yervas  dio 
Al  Jayán  su  cara  esposa, 
Con  las  que  l'aletargó. 

Dízese  que  tal  fazie 
Por  yazer  mas  á  sabor 
Con  un  pagecico  lindo 
Que  fuera  su  escanciador. 

Quizás  la  buena  giganta 
Non  fizo  tuerto  á  su  honor, 
Nin  el  page  tal  falsía 
A  su  dueño  et  su  señor. 

Malicias  de  los  villanos 
Despreciallas  es  mejor: 
Al  cuento  basta  saber 
Qu'ebrio  estaba  Don  Alcor. 

De  tal  ventaja  Don  Flores 
Sin  dubdar  s'aprovechó, 
Et  cedo  las  tres  toronjas 
Del  árbol  arrebató. 

Yiéradesle  que  priado 
En  su  seno  las  celó, 
Et  cómo  aliegre  et  contento 
En  su  corzel  cavalgó. 

Yiéradesle  cómo  aguija 
Al  cavallo  corredor, 


50 

Asmando  recordar  poeda 
El  gigante  dormidor. 

SIGÚESE  LO  QUE  A  DON  FLORES  ACAESCIÓ  DESPUÉS 
Qü'hOVO  LAS  TRES  TORONJAS. 

Al  tomar  las  toronjicas 
Don  Flores,  despareció 
Vergel,  sus  muros  et  torres, 
Que  la  tierra  los  tragó. 

En  un  desierto  arenal 
Todo  aquell.o  se  mudó. 
Sin  al  fincar  qu'el  gigante 
Qu'azorado  recordó. 

Et  se  catando  burlado 
Un  horrible  grito  dio, 
Qu'al  cauteloso  Donzel 
De  su  periglo  avisó. 

Ciego  dirá  et  de  coraje 
Luego  el  Jayán  se  lanzó 
Para  haver  entre  sus  manos 
Al  qu'ansi  Tescarnesció. 

En  cada  paso  que  dá 
Siete  leguas  Don  Alcor 
Faze,  con  tanta  presura 
Que  non  puede  ser  mayor. 

Maguer  era  de  Don  Flores 
El  cavallo  muy  veloz, 
Et  fadado,  va  perdiendo 
La  ventaja  que  sacó. 


51 

Et  para  mas  embargalle 
El  desierto  se  pobló 
De  vestiglos  é  alimañas 
Qü'en  vellos  dava  pavor. 

Cavallo  et  gineíe  en  uno 
De  sierpes  cercados  son, 
Que  por  empachar  su  fuga 
Les  ponen  contradicion. 

Unos  muerden  á  Don  Flores, 
Otros  muerden  al  bridón; 
Qual  silva  como  culebra 
Qual  ruge  como  león. 

Cuervos  les  pican  los  ojos, 
Et  mil  buitres  á  montón 
Les  persiguen,  por  si  mueren 
Comelles  el  corazón. 

Ítem,  para  si  á  Don  Flores 
Non  le  venciera  el  temor, 
Parescen  coros  de  Damas 
Guiados  por  el  Amor. 

Unas  al  buen  cavalleró 
Plorando  piden  favor; 
Otras  risueñas  l'envian 
P)esos  de  dolze  sabor. 

Quiénes  de  espaldas  et  pechos 
Le  muestran  el  puro  albor; 
Quiénes  con  tiernos  sospiros 
Querellan  de  su  rigor. 

Todas  deleites  le  brindan 
Por  detenelle  mejor; 


52 

Todas  le  dizen  palabras 
Llenas  d'ardiente  fervor. 

Mas  el  muy  cauto  mancebo 
Digno  de  todo  loor. 
Aguija,  aguija  el  cavallo, 
El  cavallo  corredor. 

Ellos  en  aquesto  estando 
Un  alarido  s'oyó: 
Del  Jayán  es  que  venie; 
Es  del  Jayán  que  llegó. 
.  Sus  toscas  pesadas  manos 
Sobre  el  hombro  desplomó 
Del  buen  ardido  Donzel 
Que  las  toronjas  ganó. 

Mas  este  qu'ansi  se  viera, 
El  esmeralda  lanzó 
Al  rostro  de  su  enemigo, 
Qu'alli  clavado  fincó. 

Serpientes,  buitres  et  cuervos. 
Damas  del  coro  d'Amor, 
En  cerrar  et  abrir  d'ojos 
En  piedras  trocados  vio; 

Et  ya  libre  el  cavallero 
La  su  via  prosiguió, 
Plasciente  d'haber  vencido 
Los  periglos  que  pasó. 


I 


53 


PROSIGUE  LA  FABLA  EN  OTRA  MANERA,  ET  NAR- 
RASE LO  QUE  A  DON  FLORES  ACAESClÓ  CON  LAS 
DOS    PRIMIERAS    TORONJAS,    ET    LO    QUE    d'eLLAS 

SE    FIZO.  I 

Camina  Don  Flores  ! 

Por  el  arenal;  ; 

El  et  SU  cavallo  ; 
Caminando  van. 

Aliegre  porque  su  empresa 
A  la  fin  logrado  ha, 

E  acollado,  porque  ignora  i 

Lo  que  apos  de  esto  verná.  i 

Sacóla  del  seno,  j 

Púsose  á  mirar  ; 
Una  de  las  tres  toronjas 

Que  fue  á  rescatar.  \ 

Lo  que  la  dezie  í 
Queráislo  escochar, 

Ca  era  una  fabla  i 

Digna  de  notar.  i 


¡Toronjica  mia,  toronja, 
Quánto  m'hovistes  costar! 
¡Quién  ;ay!  la  virtud  que  tienes 
La  podiese  adevinar! 

Et  la  toronjica 
Le  fue  replicar. 

Ábreme  cedo,  Don  Flores, 


54 

Ábreme  sin  t'empachar, 
Et  lo  que  pescudas 
Bien  sabello  has. 

Si  lo  que  (leseo 
Priado  me  das, 
De  ser  he  tu  esposa, 
Tu  amiga  además, 
Et  del  alma  et  cuerpo 
El  dueño  serás. 

Don  Flores  desqu'esto  oyera 
La  toronja  fue  á  mondar, 
Et  d'ella  nasció  una  niña 
Qual  luszero  matinal. 

Dize  Don  Flores, 
¿Quién  eres,  fermosa  niña? 

Dize  la  Dama. 

Fija  del  Soltan 
Soy,  é  á  tu  merced 
Voyme  á  encomendar. 
Si  lo  que  deseo 
Priado  me  das. 

Dize  Don  Flores. 

Di  ¿qué  me  demandas 
Que  yo  te  poeda  otorgar? 


55 

Replica  la  Dama. 

Solo  un  poco  d'agua 
Para  mi  solaz, 
Que  la  sed  ardiente 
M'haya  d'aplacar . 

Dize  Don  Flores. 

Agua  non  hé,  la  Donzella, 
Nin  sé  do  haya  de  manar. 

Replica  la  Dama, 

¡Mal  venga  al  cavallero, 
Véngale  grand  mal, 
Ca  en  el  arenal 
Quando  de  sed  muero 
Non  falla  venero 
D'agua  perenal. 

A  las  tierras  do  nascí 
Fugir  quiero. 
Pues  non  acorrida  fui 
Del  mesquino  cavallero. 

Via,  via 
Volando  iré  á  mi  Torquia. 


Qual  si  golondrina  fuese 
La  Donzella  v'a  volar 


S6 

Et  Don  Flores  lia  fincado 
Como  quien  coida  soñar. 

Mas  tornado  qu'hovo  en  sí 
Comienza  á  andar  mas  andar, 
En  busca  d'algun  alvergue 
Do  podiese  reposar. 


Por  devenir  el  fastio 
De  tan  luengo  caminar, 
La  segunda  toronjica 
Fue  curioso  á  examinar. 

Et  habiéndola  en  sus  manos 
Púsosela  á  contemplare, 
Et  en  ello  embebescido 
Ansi  la  quiso  fablare. 

Dize  Don  Flores. 

Toronja,  toronja. 
Non  t'has  d'enojare: 
Dime  de  tu  fado, 
Dime  en  poridade.  - 

Replica  la  Dama. 

Dezirtelo  he 
En  tiempo  et  logare, 
Si  del  mi  fechizo 
Me  vas  libertare. 


57 

Fizo  gajos  la  toronja 
Don  Flores  sin  demorare, 
E  una  Poncella  aparesce 
A  la  luna  semejante. 

Dize  Don  Flores. 

¿Quién  eres,  la  Dama,* 
Dama  celestiale? 

Replica  la  Dama, 

Soy  del  Rey  de  Francia 
La  fija  carnale. 

Dize  Don  Flores. 

¿Quién  aqui  te  truxo. 
Mi  señora  reale? 

Pieplica  la  Dama. 

Non  sé  si  la  suerte 
Propicia  ó  fatale. 

Dispuesto  ha  la  suerte 
Que  verné  á  casar 
Con  quien  mi  fechizo 
Le  faga  quebrar. 

Dame  un  vaso  d'agua 
Para  me  salvar. 
Que  la  sed  m'afoga 
Et  voy  á  espirar. 

Dame  un  vaso  d'agua 
Sin  mas  demorar, 


58 

Si  non  por  los  vientos 
De  verme  has  volar. 

Díze  Don  Flores. 

Agua  non  lié,  mi  Señora, 
Nin  vaso  do  vos  la  daré, 
Ca  enti'e  las  secas  arenas 
Non  poede  el  agua  manare. 

Porque  bevais  dar  vos  he 
Del  mi  corazón  la  sangre; 
Mas  non  demandedes  agua, 
Qu'esa  non  puedo  criare. 

Esto  que  dijo,  la  Dama 
Ansi  le  fue  replicare. 

Esto  es  lo  que  replicó  la  Dama, 

Ea,  sus,  mal  compañero, 
x\menguada  de  ti  soy, 

¡Pobre,  mesquino  escodero! 
Volando  á  mi  Francia  voy. 
Pues  veyendo  qu'en  sed  muero 
Non  agua  me  poedes  dar. 

Volar,  volar, 
Qu'en  mi  tierra  he  de  fallar 
Lo  que  quiero. 
En  ardido  cavallero 
Que  mejor  m'ha  d'amparar. 

Via,  via, 
A  París  la  patria  mia. 


59    * 

PROSIGUE    LA    FABLA. 

La  fija  del  Rey  de  Francia 
Voló  cual  la  del  Soltan, 
E  alli  fincara  Don  Flores 
Lleno  de  pena  et  afán. 

Mas  como  prudente  et  sabio 
Goza  el  bien,  contrasta  el  mal 
Don  Flores  el  animoso. 
El  cavallero  leal, 

Su  camino  otra  vegada 
Sigue  sereno  et  igual, 
Fasta  qu'alueñe  devisa 
El  confín  del  arenal. 

Et  apres  que  hovo  pasado 
El  su  límite  fatal, 
Fallóse  ledo  et  contento 
En  un  fresco  praderal. 


Yido  en  la  campiña 
'fervas  verdear, 
Arboles  frondosos 
En  la  umbría  estar. 

Frescos  valles  et  montañas, 
Arroyuelos  otro  tal, 
Et  vido  una  clara  fuente 
De  perenne  manantial. 

Su  manso  morMullo 
Le  faze  parar, 


60 

Et  semeja  que  le  brinda 
De  se  reposar. 

PROSIGUE. 

Apeóse  el  cavallero, 
Sobr'el  musgo  v'á  posar, 
Et  fincó  adormido 
Con  dolze  sonar. 

Sueña  con  la  fija 
Del  noble  Soltan, 
Et  con  la  de  Francia, 
Que  volando  van. 

Sueña  en  la  toronja 
Que  fue  á  conservar 
Por  premio,  et  testigo, 
De  tanto  afanar. 

Comenzavan  ya  los  rayos 
Del  sol  á  quemar, 
Et  las  aves  en  el  bosque 
El  su  querellar. 

Los  vientos  de  la  campiña 
Comienzan  de  sospirar, 
Et  pasando  entre  las  ramas 
Fazen  un  dolze  asonar. 

Las  rubias  mieses  mescidas 
Semejan  ondas  del  mar, 
Et  cortesmienle  los  sauces 
Semejan  de  s'homillar. 

Estonce  fuera  Don  Flores 
Del  su  sueño  á  recordar; 


61 

En  pie  se  puso  priado. 
Priado  sin  mas  tardar. 

La  su  postrera  toronja 
En  sus  manos  fue  á  tomare; 
La  su  postrera  toronja 
Ya  se  dispone  á  provare. 

A  la  contiemplar  se  puso 
Tal  vez  ardido,  ó  cobarde, 
Ca  lembra  de  lo  pasado 
Quand'otras  perdiera  enantes. 

Al  fin,  fin  resuelto  está, 
Echando  el  temor  á  parte, 
E  á  la  toronja  que  tiene 
Aquesto  la  fue  á  fabiare. 

LO   QUE    DIXO   A    LA    TORONJA. 

Toronja,  toronja, 
Toronjica  reale, 
¿Dirásme  mentira, 
O  dirás  verdade? 

Toronja,  toronja, 
¿Serásme  léale? 
¿Fuir  has  de  mí, 
O  conmigo  has  de  fincare? 

Si  te  saco  del  fechizo 
¿Qué  prez  m'has  de  daré? 
¿Qué  demanda  me  farás. 
Posible  de  te  otorgare? 

Et  la  toronjica 
Le  fue  replicare: 


62 

— Rompe  mi  corteza 
Sin  mas  te  empachare, 
Pues  lo  que  te  pida 
Fazil  vas  fallare. 

Daréte  por  prez 
Contigo  casare: 
Otrosí  d'amores, 
Mil  gustos  cabales. 


Esto  qu'oyera  el  Donzel 
Sin  mas  en  otro  coidare, 
Ivase  sobre  la  fuente 
Por  cerca  del  agua  estare. 

DIZESE  AQLl  DE  LA  FUENTE,   ET  DE  LAS   VIRTUDES 
QU'lIAVIEN    SLS    AGUAS. 

Tal  virtud  havie 
Aquel  agua  clara, . 
Qué  quien  la  beviere 
.    D'amores  s'abrasa. 

Dizen  ser  el  filtro 
Que  diera  Brangiana, 
Por  yerro,  á  Tristan 
E  á  Isea  su  Dama, 

Guando  para  esposa 
Tristan  la  llevava 
De  su  tio  Marco, 
Rey  de  Cornualla. 


63 

En  el  vaso  mismo 
Ambos  la  provaran, 
Et  d'amor  el  fuego 
La  su  sangre  inflama. 

Pasión  tal  sentien, 
Senlieron  tal  ansia, 
Que  vencer  non  poeden 
Fechizos  del  agua. 

Era  niña  Isea, 
Bella,  blonda  et  blanca,^ 
Et  donzel  Tristan 
Ornado  de  gracias. 

El  seso  perdido 
Leyes  d'honor  faisán,- 
Et  yaciendo  en  uno 
Rompen  su  palabra. 

Ansi  non  queriendo, 
A  tal  se  propasan. 
Que  sin  ser  culpables. 
Culpados  se  fallan. 

Mas  luego,  d'un  dia 
Breves  gustos  pagan 
Con  luengos  pesares 
Con  luengas  desgracias. 

Amargos  dolores 
Muy  amargos  pasan, 
Por  haber  bevido 
Del  agua  encantada. 

Tristan  es  ferido 
De  mala  lanzada, 


64 

Que  Marco  su  lio 
A  traición  le  clava. 

Tarde  por  guarillo 
Isea  llegara, 
Et  moriendo  en  uno 
Se  besan  é  abrazan. 

Cantar  del  Trabador, 

Para  amor  vivieron, 
D'amor  muerto  han: 
Por  amor  renascen 
Isea  et  Tristan. 

Sobre  la  su  tumba 
Nascido  ha  un  rosal 
Qu'exhala  perfumes 
En  el  praderal. 

En  vano  los  Prestes 
Le  fazen  quemar: 
Quanto  iiias  le  queman 
Mas  florido  está, 

Los  amantes  fieles 
Lo  van  vesitar, 
Como  los  romeros 
A  Santiago  van. 

Que  Dios  les  perdone 
Le-van  demandar, 
Plorando  mas  agua 
Qu'encierra  la  mar. 


f»5 


pnOSIGüE    LA    FACLA   DIZIENDO    DE    DON     FLORES, 

Luego  que  suso  ia  fuente 
Se  fue  Don  Flores  posare, 
Fizo  trozos  la  toronja, 
Trozos  la  toronja  faze. 

Una  Dama  alli  aparesce, 
Una  Dama  celestiaie, 
Mas  briiladora  qu'el  sol 
Quando  d'enlre  nublos  sale. 

Agua  fresca  al  garzón  pide, 
Que  cedo  se  la  fue  á  daré; 
En  bevella  la  Poncella 
Mas  linda  se  fue  á  parare. 

Dize  el  Don  Flores, 

¿Quién  eres,  fermosa 
Ponzella  sin  par? 
¿Quién,  qu'el  corazón 
Me  quieres  robar? 

Dize  ella. 

Soy  del  Rey  d'España 
Fija  natural, 
E  á  mí  Rosalinda 
Me  suelen  nombrar. 

En  palacios  reales 
Princesa  nascí, 
Et  d'homes  leales 
Acatada  fui. 


G6 

La  (lolze  lisonja 
Cercárame  allí, 
Fasta  qu'en  toronja 
Trocada  me  vi. 

Del  fechizo  odioso 
Tú  libraste  á  mí, 
Et  por  noble  esposo 
Luego  t'escogí. 

Yia,  via, 
Tuya  es  toda  Taima  mía. 

Tuya,  el  cavallero, 
Soy,  é  á  tu  mandar: 
Como  amiga,  como  amante, 
Como  esposa,  al  tu  talante 
Siempre  somisa  lie  d'estar. 

Faz  de  mi  lo  que  quisieres, 
Que  plaszeres 
Nunca  non  t  he  de  negar. 


Vanse  el  uno  para  el  otro. 
Uno  para  otro  se  vane, 
Et  caricias  regaladas 
Et  dolzes  besos  se  dañe. 

Fizieron  la  yerva 
Su  lecho  nupciale, 
E  bien  se  desposan 
Al  pie  d'un  rósale. 

Allí  paxaricos 
Cantan  su  cantare, 


G7 

Muy  mejor  que  meneslriles 
En  la  cámara  reale. 


Ansi  estuvieron  tres  dias 
Et  tres  noches  otro  lal, 
Como  buenos  amadores 
Que  non  se  lembrau  de  al. 

Falagos  que  se  fazien 
Non  se  poeden  numerar: 
Non  bien  el  uno  es  unido, 
Mil  le  siguen  sin  cesar. 

Seméjanse  entramos 
A  Isea  et  Tristan 
Desque  el  agua  fechizada 
En  uno  bevido  han. 


En  esto  páxaro  verde 
S'ha  parado  en  el  rosal, 
Do  fazen  los  desposados 
Pruevas  d'amor  sin  igual. 

E  al  verlos  embevescidos 
En  tan  contino  gozar, 
Estas  palabras  les  ruega 
Que  les  plazca  d'escochar. 

ESTO  ES  LO  QUE  DIZE  EL  PAXARO  VERDE, 


«Fijo  del  emperador, 
)'E  vos,  la  noble  matrona, 


08 

í)Coidatl  que  duna  corona 
»Vos  atiende  el  resplandor. 

»La  Princesa  de  Castilla 
»Un  trono  debe  ocupar, 
))Et  non  la  flor  semejar 
)'Qu'en  el  pradcral  shomilla. 

í'En  los  ornados  salones 
»Id  á  ostentar  vueso  ardor, 
»Ca  mejor  triunfa  el  amor 
»So  los  regios  pavellones.» 

Allí  dülze  lecho 
So  dorado  techo 
Vos  acogerá, 
Et  la  corte  toda 
Honor  vos  fará. 

Gozen  los  pastores 
Su  dicha  et  plaszer, 
Entre  árboles  et  flores, 
Pues  al  non  poeden  fazer. 

Dexá  el  campo  á  los  villanos, 
Qu  a  los  reyes  es  mejor 
Gozar  deleites  d'amor 
Falagueros  cortesanos. 

PROSIGUE    NARRANDO, 

La  fabla  entiende  Don  Flores, 
Et  cedo  se  fue  á  lembrarc 
Que  de  su  padre  á  la  corte 
La  su  Esposa  ha  de  llevare. 

Palabra  et  fe  que  jurara 


60 

Non  coida,  non,  de  falsare, 
Maguer  complillas  le  cueste 
Mucho  duelo  et  gran  pesare. 

Irse  et  quedarse  quixiera, 
Mas  non  podiendo  ser  tale, 
Dubda  anonciar  á  su  esposa 
D'absencia  el  amargo  trance. 

Ella  que  vido  el  su  rostro 
Alegre,  en  mustio  tornare, 
De  tal  camio  la  razón 
Con  planto  v'á  demandare. 

Dize  la  Dama. 

¿Qué  has  tú,  el  mi  cavallero? 
Non  me  lo  vayas  celare. 

Replica  Don  Flores. 

Ferido  soy  de  mil  penas, 
Penas  que  m'han  de  matare. 

Forzado  soy  de  partir 
Donde  s'ha  d'aparejar 
La  nuesa  entrada  en  la  corte, 
La  nuesa  entrada  real. 

Ricos  homes,  ricas  fembras 
Traeré  tu  mano  á  besar, 
Que  como  á  ílcgna  t'acaten 
Et  vengan  á  companar. 

Cavallos  bien  guarnecidos 


70 

Como  se  suele  d'usar, 
Con  cascabeles  de  oro, 
E  arneses  otro  que  tal. 

Traeré  galas  et  preseas 
Con  que  te  puedas  ornar; 
Atiéndeme,  la  mi  esposa, 
Que  cedo  voy  á  tornar. 

Replica  la  Dama. 

Esposico,  yo  te  ruego 
Vayamos  aqui  á  fincare, 
Que  dond'hay  amor  sobrado 
Non  es  mas  que  deseare. 

Hay  aquí  flores  olientes, 
Yervas  hay  donde  posare, 
Muy  mejor  qu'en  las  almohadas 
E  alfombras  turquescas  reales. 

Nascer  et  ponerse  el  sol, 
Et  las  estrellas  brillare, 
Aqui  vemos,  et  testigo 
El  cielo  es  del  nueso  amare. 

"Non  sola  me  dexes 
))En  este  logare, 
))Que  soy  niña,  et  he  miedo 
))De  solica  estare. 

))Para  mí  non  hay  tesoro 
)'Sinon  á  mi  lado  haber 
»A1  esposico  qu  adoro, 
»Ca  temo  de  le  perder. 


71 

))El  mi  corazón 
» Golpes  me  v'á  daré 
))De  que  si  t'absentas    . 
»Nos  verná  grand  male. 

»¡Ay  sola  me  dexas! 
^'Duélele  de  mí; 
»Si  d'aqui  t'alexas 
"Todo  bien  perdí. 

«Non  me  dexes  sola, 
wHa  de  mi  piedade, 
»Que  soy  nina,  el  he  miedo 
»De  solica  estare.» 

Replica  Don  Flores. 

Non  l'acoites,  mi  Señora, 
Non  le  quieras  acoilar, 
Que  si  cedo  á  parlir  voy 
Es  por  mas  cedo  tornar. 


Plañe  et  gime  la  Princesa; 
Plañe  et  gime  sin  cesar, 
Mientra  Don  Flores  camina 
A  su  jura  non  falsar. 

SIGUE  LA  FABLA    KN  OTRA  MANERA 

Ido  ya  Don  Flores, 
La  niña  que  plora 


72 

Por  los  pradcrales 
Se  pasea  sola. 

Enderészase  á  la  fuente, 
E  á  su  remanso  s'asoma: 
Mirándose  está  en  las  aguas 
Cristalinas  que  rebosan. 

Yido  allí  su  lindo  rostro 
Que  se  aja  et  descolora 
Con  el  planto,  é  que  á  sus  ojos 
Marchitan  cárdenas  sombras. 

Coida  qu'á  los  de  su  amigo 
Semeje  menos  graciosa, 
Quando  venga  por  llevarla 
Al  palacio  donde  mora. 

Lávase  el  rostro  divino, 
E  aliña  su  blanca  toca, 
Et  se  sonrie,  catando 
Qu'en  lindeza  á  Venus  sobra. 

Ansi,  se  dize,  el  esposo 
Quando  tornará, 
Al  verme  tan  linda 
Mas  preciarme  ha. 

DIZESE    AGORA     DE    UNA    PRIETA     ET     FECITF/EKA 
MORA. 

Por  servir  á  los  sus  dueños 
Una  esclava  et  negra  mora 
Fue  á  tomar  agua  en  la  fuente 
Do  la  princesa  reposa. 


73 

Vido  la  negra  en  las  aguas 
La  imagen  de  la  Señora, 
Et  coidando  ser  la  suya 
De  sí  mesma  s'apasiona. 

Quedóse  pasmada 
Se  viendo  tan  bella, 
Et  faze  querella 
De  ser  mal  presciada. 

¿E  por  qué,  dezia 
Llena  d€  plaszer, 
Regna  non  ha  ser 
Quien  bella  nascia? 

E  luego  al  dezillo 
Con  ira  arremete 
A  su  cantarillo, 
Et  le  dize:  «vete, 
»Rómpete,  rómpete,  el  mi  cantarete.» 

Non  bien  lo  pensara 
La  negra  orgullosa 
Quando  entre  las  penas 
El  cántaro  arroja. 

Al  roido  que  faze 
Luego  el  rostro  torna 
La  linda  princesa, 
Que  coida  estar  sola. 

E  ansi  sin  sabello 
Asustada  loda, 
Se  falló  en  un  punto 
Cara  á  cara  con  la  mora. 

Esta,  qu'el  su  error  conosee 


74 

Al  ver  la  Dama  fermosa 
Cuya  imagen  en  la  fuente 
Pliso  por  la  suya  propia, 

Odio  eterno  la  perjura, 
Mucha  enemiga  la  toma, 
Como  si  culpa  toviese 
De  su  torpeza  la  otra. 

Allá  dentro  el  corazón 
Cela  su  rabia  enconosa, 
Et  con  fengida  homildad 
Saluda  á  la  que  mas  odia. 

Fahla  de  la  Mora  con  la  Princesa. 

¿Por  qué  tan  solica, 
Por  qué  sin  compaña 
Vos  vedes  aquí? 

Dize  la  Princesa. 

Non  me  coides  sola; 
Amor  m'acompaña 
Do  quiera  que  fui. 

D'un  esposo  namorado 
La  venida  atiendo  ansiosa; 
Hoy  se  partiera  á  la  corte 
Do  apareja  nuesas  bodas. 

Dize  la  Mora. 

¿Yueso  esposo  es  tan  galán 
Qual  lo  meresces,  Señora'? 


75  ' 

¿Es  tan  cortés  cavallero 
Qual  eres  gentil,  fermosa? 

Dize  la  Princesa, 

Mas  lindo  que  Gerineldos 
Todo  el  mundo  le  pregona, 
Et  es  á  los  ojos  míos 
Un  dios  que  mi  alma  adora. 

Liámanle  Don  Fiores 
El  de  Trepisonda; 
Homes  le  respetan 
Et  fembras  l'adoran. 

Por  ser  tan  apuesto, 
Su  frente  coronan 
Las  ponzellas  lindas 
De  mirtos  et  rosas. 

Por  ser  tan  ardido, 
Laureles  l'endonan 
Donzeles  qu'a catan 
Fazañas  gloriosas. 

Fiel  á  sus  palabras 
Leal  en  sus  obras, 
Si  ama,  es  por  siempre 
A  la  su  señora. 

E  yo  lo  soy  suya 
Con  el  alma  toda, 
E  anles  que  partiese 
Fizóme  su  esposa. 


76 


Sigue  la  fabla. 

Eslo  clixo  la  Princesa, 
E  después  loda  su  hesloria 
Dend'el  principio  á  la  fin 
lia  narrado  á  la  traidora. 

La  qual  celando  su  rabia 
Astuta  lucgo.se  postra 
A  los  pies  de  la  inocente, 
Que  l'abraza  cariñosa. 

Ofréscese  á  la  peinar, 
E  aliñar  su  blanca  toca, 
Porque  semeje  mas  linda 
Que  d 'abril  las  frescas  rosas. 

La  niña  cede  á  los  ruegos 
De  la  negra  cautelosa, 
Ca  es  muy  de  fembras  pagarse 
De  falagós  et  lisonjas. 

Quanlo  mas  que  non  se  coi.da, 
Et  non  era  rezelosa, 
De  qu'á  quien  daño  non  fizo 
Mal  la  quisiese  traidora. 

Un  bruñido  peine  d'oro 
L'esclava  en  sus  manos  toma, 
Qu'oculto  en  el  seno  havie. 
Como  su  invidia  sañosa. 

E  al  ver  los  lindos  cabellos 
Que  sueltos  semejan  ondas. 
Mas  blondos  que  non  el  sol, 
Tan  luengos  qu^al  suelo  tocan, 


I 


/  / 


Muy  mas  la  negra  se  ardie, 
Muy  mas  zelos  ía  devoran, 
Muy  mas  Tinvidia  la  roe, 
E  á  venganza  se  provoca. 

Maguer  esto,  tanto  bien 
Va  peinando  á  la  Señora, 
Que  fincara  adormescida, 
Et  soFiando  amor  reposa. 

Quando  ya  la  vido  en  sueños 
La  esclava  en  su  mano  toma 
Un  rechizado  alfiler. 
Tan  prieto  qual  la  traidora. 

Clavádolo  ha  en  la  cabeza 
Que  inocente  s'abandona 
A  los  mentidos  falagos 
Que  celaban  tal  ponzoña. 

Al  dolor  de  la  ferida 
La  niña  s'asusta  toda, 
E  al  querer  fuir  corriendo 
Por  los  aires  se  remonta. 

Sobre  el  terso  et  blanco  cutis 
De  sus  miembros,  penas  brotan; 
Los  sus  brazos  ya  son  alas, 
Pico  rosado  su  boca. 

La  Princesa  de  Castilla, 
Qu'encantada  fue  toronja, 
Con  poder  d'otro  fechizo 
Se  vio  mudada  en  paloma. 

Yédesla,  védesla  triste 
Qu'en  los  árboles  se  posa, 


VA  cÓQio  escarnesce  d'ella 
La  perra,  maldita  mora. 

SÍGUESE     UN     CANTAR     EN     QUE     CONTIENDEN      V.L 
TROVADOR    ET    LA    PALOMICA. 

;,A.  dónde  tan  mustia 
Vas,  la  mi  paloma? 
A  los  bosques  vuelo 
Por  gemir  sola. 

Querellas  qu^hayas 
De  mí  non  abscondas. 
¿Por  qué  vas  al  bosque 
A  gemir  sola? 

Fechizos  m'lia  puesto 
Una  mala  mora, 
Et  vuelo  a  los  bosques 
Por  morir  sola. 

Hela,  hela,  hela 
La  blanca  paloma, 
Hela  allí  gemiendo 
Por  los  bosques  sola. 

PROSIGUE  LA  I  ABLA  EN  OTRA  MANERA  D'ASONAR, 
ET  NARRASE  DE  LA  NEGRA  MORA. 

A  la  vera  de  la  fuente 
Qu'enlre  las  flores  corría, 
Puéstose  ha  la  mala  negra 
Fengiéndose  que  dormía. 


79  ' 

Pensándose  está,  pensando 
Lo  qii'á  Don  Flores  diria 

Quando  de  verla  tan  otra  ' 

La  causa  le  pedirla. 

Non  es  que  se  coide  fea, 
Ca  toda  moger  confia 

Qu'en  la  beldad  es  sobrada  j 

E  ha  lindura  en  demasía.  \ 

Maguer  se  niiró  en  la  fuente, 
Non  de  sus  reflexos  fia,  i 

Et  fasta  en  su  prieta  faz  i 

Mucba  gracia  presumía.  '    " 

Demás,  que  para  Don  Flores 
Un  astuto  engaño  ordia  ; 

Que  le  fiziese  dubdar 
De  lo  mismo  que  veria.  , 

En  sus  astucias  et  manas  1 

Et  dolze  fablar  confia, 
Que  si  primiero  la  fuye 
Luego  al  fin  la  buscarla.  .       I 

Las  palabras  falagueras  ¡ 

Del  alma  fallan  la  via, 

Ca  oidos  muchas  vegadas  j 

Tal  vez  los  ojos  vencían.  ! 

Trazando  ansi  sus  engaños  ' 

Un  rumor  grande  se  ola, 

Que  semejava  de  ser  ! 

De  solaz  et  d'alegría. 

Era  Don  Flores  que  viene 
Con  su  noble  compañía  •  ] 


80 

En  quista  de  la  su  esposa, 
Que  mas  qu'al  alma  quería. 

Allcgárase  á  la  fuente 
Et  por  todo  el  cíimpo  mira 
Por  ver  si  su  namorada 
Al  encuentro  le  salia. 

Vido  en  su  vez  á  la  negra 
Semejando  que  dormía, 
Et  para  la  recordar 
El  Príncipe  la  movia. 

Dale  vozes  é  demás, 
De  pies  é  brazos  la  tira, 
Fasta  que  la  fuerza  á  alzarse 
De  la  tierra  do  yascia. 


DIZESE  AGORA  EL  DEPARTIMIENTO  QUE  IIOVO  DON 

FLORES  CON  LA  MALA  MORA,  ET  COMO  ELLA  l'eN- 

GAÑA  CON  PALABRAS  FALAGOSAS  ET  SOAVES. 

— ¿Qué  fazes  aqui,  la  mora? 
¿Mora  prieta,  que  fazias? 
—Non  soy  mora,  mas  cristiana 
Baptizada  en  cristianía. 

Atendíate,  el  mi  esposo, 
E  atendiéndote  dormía: 
Por  haver  tanto  plorado 
Los  ojos  cierrado  havia. 

— ¿Tú  mi  esposa?  ¡non  lo  mande 
Nin  Dios  nin  Santa  María! 


81 

Dime  cedo  ¿dónd'está 
La  fermosa  dama  mia, 

La  de  los  blondos  cabellos, 
La  tan  galana  et  tan  linda; 
La  de  labros  de  clavel, 
La  de  rosadas  mexillas? 

¿Dónde  celado  la  has? 
Responde,  negra  maldita. 
¿Fuyó  al  bosque  por  non  verte, 
O  hasla  quitado  la  vida? 

— Esa  por  quien  te  desvelas 
Está  presente  á  tu  vista: 
Non  fuyó  al  bosque  asustada, 
Et  non  moriera,  qu'es  viva. 

Esa  por  quien  me  demandas 
Presente  es  á  la  tu  vista  : 
¡Et  me  buscas  quando  estoy 
A  los  tus  ojos  rendida! 

Viva  seré  si  me  amas, 
Muerta  seré  si  m'olvidas, 
Ca  tu  desamor  ó  amor 
Son  para  mí  muerte  ó  vida. 

Sin  dubda  que  mal  fechizo 
Me  persigue  todavía; 
O  es  que  m'lia viendo  gozado 
En  odio  tu  amor  torcías. 

— ¡Eres  mi  esposa!  ¿Pues  cómo 
Tan  prieta  é  tal  te  ponias? 
— Del  sol  los  rayos  abrasan, 
E  ansí  m'han  fecho  corlida. 


82 

— ¿Cómo  los  rubios  cabellos 
Qu'en  brillo  al  oro  vencían 
Qiial  negra  lana  semejan, 
El  tanto  crespos  se  miran? 

— Desluszido  los  ha  el  polvo, 
Erizado  las  espinas; 
El  luto  del  corazón 
Tan  prietos  los  tornarla. 

— ¿E  aquellos  labros  tan  finos 
Que  claveles  parescian? 
— El  aire  los  marchitó 
Como  las  rosas  marchita. 

Si  algún  malo  encantador, 
Don  Flores,  non  te  fascina, 
De  ver  has  en  mi  l'esposa 
De  la  toronja  nascida: 

La  qu'en  el  vergel  d'amor 
Fasta  verle  fue  cativa; 
A  la  que  diste  en  la  fuente 
D'amor  el  agua  devina. 

Torna  á  mí  dolzes  miradas, 
Siquiera  de  cortesía; 
Non  mas  me  fagas  penar, 
O  de  muerte  moriiia. 

Lémbrale  que  so  el  rosal 
A  tu  merced  me  ponia; 
Lémbrale  que  de  ponzella 
Duefia  tornado  m'havias. 

Cierto,  yo  soy  la  tu  esposa. 
La  princesa  de  Castilla,  . 


83  •  \ 

La  que  por  tanto  te  amar  ! 

Sin  ti  vevir  non  podría. 

Si  otro  fechizo  en  tus  ojos  j 

Mi  fermosura  empescia,  • 

Tú,  d'amor  enamorado,  i 

El  fechizo  quitarías. 

La  tosca  et  ruda  corteza 
Qu'hora  mi  beldad  cobria,  ; 

Tu  amor  la  fará  caer 
Qual  el  sol  á  niebla  fría.  i 

De  lembrar  has  aquel  tiempo  j 

Donde  fuera  toronjica; 

Si  estonce  me  vi  encantada,  \ 

¿Por  qué  non  hoy  lo  sería?  ' 

¿Por  qué,  porqu'el  fechizero  ¡ 

Qu'estonce  me  perseguía  *         ] 

Et  que  me  mudó  en  toronja 
Hoy  negra  non  me  faría?  | 

Mas  si  non  fueren  encantos  ] 

Los  que  fea  me  ponían,  ■ 

Et  solos  aire  et  calor  ^ 

Me  pararon  menos  linda,  ' 

Quando  á  la  sombra  repose  ,j 

Cedo  desparescería  i 

Lo  que  semejar  me  faze  ^ 

A  tus  ojos  menos  linda. 

Llévame  á  los  tus  palacios, 
Et  de  verme  has  otro  día 
Ser  mas  blanca  qu'azuzena; 
Et  qual  rosas  mis  mexillas.    . 


84 

Ver  has  que  como  claveles 
Frescos  los  mis  labros  miras, 
Et  quanto  dolzes  sabrosos 
Son  mis  besos  et  caricias. 

SIGUE    LA    FAÜLA. 

Tan  blandamienlc  la  Mora 
Estas  palabras  dezia, 
Que  dubdando  está  Don  Flores 
Lo  qu'en  tal  caso  faría. 

Odia  á  la  negra  al  miralla, 
Ama  la  negra  al  oilla, 
Ca  fablar  blando  et  discreto 
Amores  engendra  et  cria. 

Demás  qu'el  donzel  se  lembra 
Como  su  fado  ponia, 
Que  maguer  se  torne  fea 
La  su  esposa  acatarla. 

Guardar  quiere  la  su  fe 
A  ley  de  cavallería, 
E  de  complir  ha  la  jura 
Que  de  fieldad  fecho  havia. 

Resuelto  el  Príncipe  ya 
Manda  que  la  Mora  vistan 
Con  ropas  de  grana  et  d'oro, 
Que  mas  fiera  la  ponían. 

Ella  en  tanto  muy  soberbia 
Sus  reales  ropajes  mira, 
Coidándose  mas  fermosa 
Porque  se  viera  mas  rica. 


85  í 

De  su  cavallo  Don  Flores 
En  la  grupa  la  ponia, 

Ca  si  por  fermosa  non,  •  ^ 

Por  Dama  ansi  la  servia. 

Es  de  nobles  cavalleros 
Catar  siempre  cortesía 

A  dueñas  que  so  su  amparo  v        , 

E  su  merced  s'acogian.  i 

Maguer  tanto  acatamiento 
Como  Don  Flores  fazia  \ 

A  la  negra,  los  sus  pages  j 

De  vella  ansi  se  reian.  i 

Ca  la  loca  joventud  ' 

De  prudencia  se  desvia,  , 

Et  nesciamente  se  paga  i 

De  burlas  et  joglerías. 


CANTAR  QUE  LOS  PAGES  SE  DEZIAN  EN  PURIDAD, 


¿Dónde  es  ido  el  fijo  \ 
Del  Emperador? 
— A  buscar  amores 

Al  vergel  d'amor.  * 

jAy,  si  non  partiese  i 

Le  fuera  mejor!  \ 

—¿Quién  trajo  Don  Flores  , 
Del  vergel  d'amor? 

—Una  prieta  Mora,  I 

Que  nos  causa  horror.  Ü 

;Ay,  si  non  partiese  1 
Nos  fuera  mejor! 


86 

iAy  qué  pena,  qué  pena! 
jAy  qué  pena,  é  dolor! 
;Ay,  que  si  non  partiese 
Fiziera  mejor!  — 

CANTA  EL  NARRADOR. 

En  este  comedio 
La  palomica 
Con  arrullos  dolorosos 
Su  querella  repella. 

De  árbol  en  árbol 
Yolando  iva, 

Fasta  que  llegó  á  la  corte 
Con  toda  la  compañía. 

Al  jardin  del  Alcázar 
Venido  habia, 
Et  púsose  en  una  torre 
Labrada  de  plata  fina. 

Hela  alli  que  gime, 
Hela  que  plora 
Los  zelos  que  tiene 
D'aquella  Mora.— 

PROSIGUE  LA   FABLA. 

Luego  que  llegó  Don  Flores 
Et  quantos  con  él  venian 
Al  regio  Alcázar,  sus  puertas 
D'oro  et  de  marfil  s'abrian. 

Entrados  son  en  palacio 
E  á  las  cámaras  sobian. 


87 

Donde  son  los  cortesanos  ^ 

Qu'homildosos  l'atendian.  "j 

Yiérades  la  prieta  Mora, 

Toda  llena  d'ufanía,  ; 

Cómo  en  los  regios  salones  \ 

Turquescas  alfombras  pisa.  ! 

Yiérades  cómo  Don  Flores 

De  su  mano  la  tenia,  i 
Ardiendo  d'amor  si  l'oye, 
Apagado  si  la  mira. 

— ¿Es  esta  mi  desposada?  ' 

¡Aquella  tan  blanca  et  linda  I 

Agora  tan  torpe  et  fiera!  ; 

¿Quién  tal  mudanza  creería?—  I 

La  Mora  al  velle  dubdoso  i 

Falagalle  pretendía;  ' 

El  sus  caricias  rescibe       *  '\ 

Como  amargosa  bevida.  | 


CANTAR   DEL   NARRADOR   PARA   CONSOLAR   LA 
PALOMA. 

-  jAy  pobre  paloma, 
Mísera  avecilla! 
Si  las  almas  vieras 
Te  consolarlas. 

Vieras  que  la  Mora 
S'apena  d'envidia, 
Et  cómo  Don  Flores 


88 

Grand  mal  padescia, 
Et  vieras  qu'alli  ningún 
Sin  penas  havia. 

Bienes  aparentes 
Coidas  son  verdad; 
Mentidos  falagos 
Quiérente  engañar. 

Por  ende  zelosa 
E  abatida  vas: 
Zelos  que  t'aquexan 
Te  fazen  penar, 
Et  non  coidas  que  ningún 
Plaszer  v'á  gozar. 

Zelos  non  havries 
Si  fueses  á  ser 
Dentro  de  las  almas 
Que  dichosas  crees: 

Mas  si  bien  lo  miras 
Dexa  el  padeszer, 
Que  non  hay  aili  ningún 
Que  goze  plaszer. 

Si  atiendes  las  tablas 
Regias  ocupare, 
Coida  en  lo  amargoso 
Qu'absconde  el  manjare. 

Si  ves  desposados 
En  tálamo  reale, 
Pon  miente  en  dolores 
Que  quieren  celare. 

Yia,  via, 


89 

Paloma  mia, 

Que  mañana  será  otro  dia.— 

SIGUE    LA    FABLA    EN   OTRA    MANERA   D'ASONAR, 

De  lo  alto  d'una  torre 
D'oro,  de  blao  et  de  plata, 
Contiempla  el  banquete  real 
Esa  palomica  blanca. 

Alli  vé  la  su  enemiga. 
La  qu'el  su  bien  la  robara, 
De  joyas  toda  cobierta, 
Et  de  vestidos  galana. 

Cátala  cómo  soberbia, 
De  mil  pages  rodeada 
Rescibe  el  acatamiento 
De  cavalleros  et  damas. 

Veyendo  está  los  falagos 
Con  qu'á  Don  Flores  engaña, 
Et  co'ida  ver  otros  lanzes 
Que  mas  zelosa  la  paran. 

Tan  grave  dolor  apena 
A  la  mesquina  coitada, 
Qu'entre  sí  mesma  dezie 
Tristes  querellas  amargas. 

LO  QUE  DEZIE  LA  1>AL0M1GA. 

«¿Qué  te  fize,  mala  Mora? 
^Qué  te  fize,  Mora  mala, 


90 

»Quando  fecliizo  me  diste 
»Fengientlo  dolze  amistanza? 

«Agora  avecica  soy 
»Mesquina  et  desconsolada, 
«Mientras  tú,  fembra  ladina, 
»Regna  serás  coronada. 

«¿Qué  te  íize,  mala  IVfora? 
«¿Qué  te  fize,  Mora  mala? 
)'¡Punida  del  cielo  seas, 
«Del  cielo  qu'ansi  l'ultrajasT 

«Agora,  vivo  el  esposo, 
«Vibda  soy  desamparada, 
«Mientra  gozas  d'él,  traidora, 
«Qual  si  fueses  desposada. 

«¡Ay  de  mí,  ay  de  mí! 
«En  menguada  hora  nascí, 
«Nascí  en  mal  hora, 
«Et  muy  buena  para  ti, 
«La  negra  Mora! 

«Si  para  non  padescer^ 
«Mal  tan  fiero, 
«Et  si  para  mas  non  ver 
«Mi  cavallero 
«En  los  tus  brazos  yascer 
«Al  bosque  me  voy  volar, 
«De  zeios  muero, 
«Zelos  me  fazen  tornar 
»Los  ojos  do  menos  quiero. 

«Ansi  suele 
«Aquel  que  de  zelos  padesce  el  rigor 


91 

"Gozarse  ea  que  cresca  el  mal  que  le  duele 
»Por  ver  si  moriendo  le  dexa  el  dolor. 

))¡Ay  de  mí,  ay  de  mí, 
»Qu'en  menguada  hora  nascí. 
»He  nascido  en  mala  hora, 
»Et  muy  buena  para  ti, 
)>La  negra  Mora!» 

SIGUE  LA  FABLA  EN  OTRA  MANERA  d'ASONAR. 

En  esto  por  el  vergel 
Un  hortolano  venie, 
Que  d'azar,  jazmines,  rosas 
Lindos  ramicos  fazie. 

Gemiendo  desde  la  torre 
Al  rústico  le  dezie 
Este  fablar  la  paloma, 
A  qu'el  también  respondie. 

CANTA   LA   PALOMA. 

Hortolano  qua  tal  hora 
Cortas  las  flores, 
Di  ¿cómo  á  la  Regna  mora 
Le  va  d'amores? 

CANTA  EL  RUSTICO. 

Muy  bien,  Señora, 
Ella  se  rie  é  aliegre  canta, 
Su  esposo  gime  et  triste  plora, 
Quando  s'asienta  et  se  levanta 
La  Regna  mora. 


/ 


92 

CANTA  LA  PALOMA. 

Hortolano  qii'al  Aurora 
Te  levantas, 
E  á  toda  hora 
Aliegre  cantas, 
¿Cómo  lo  pasa  la  negra  Mora? 

CANTA  EL  RUSTICO. 

Muy  bien,  Señora, 
Mas  si  ella  rie,  su  esposo  plora. 

CANTA  LA  PALOMA. 

¿Será  de  celos,  será  d'amores 
La  su  querella'' 

CANTA  EL  RUSTICO. 

D'al  non  me  curo,  paloma  bella, 
Sinon  de  flores. 

CANTA   LA  PALOMA. 

Si  Dios  te  diese  mas  buena  estrella 
D'esos  ramicos  dame  razón; 
¿Son  para  ella? 

CANTA    EL    RUSTICO. 

Paloma  bella, 
Para  ella  son. 


93 


CANTA    LA    PALOMA. 


«¡Muera  rabiando  esa  traidora 
wQu'ha  malferido  mi  corazón!» 

El  rústico  muy  priado 
D'allí  apartado  s'havia, 
Mas  la  mísera  paloma 
Su  querellar  proseguía. 

LA    PALOMA    PROSIGUE   SU   QUERELLA 

Díóme  la  vida 
El  dolze  amor. 
Mas  hoy  los  zelos 
Son  mi  dolor. 

Solos  tres  dias 
Desque  nasci 
Entre  falagos 
Alegre  fui: 
Si  non  nasciese 
Fuera  mejor. 

Diómc  la  vida,  etc. 

Solos  tres  dias 
Solos  gozé 
Del  cavallero 
Et  de  su  fe. 


¡Era  laii  lindo 
El  mi  amador! 

Dióme  ¡ay!  la  vida,  efe. 

Aquesos  dias 
Pasaron  ya, 
Et  su  ventura 
Tornar  non  ha: 
Sofrir  non  poedo 
Tanto  rigor. 

Dióme  ¡ay!  la  vida,  etc. 

Agora  vuelo 
Por  un  jardin. 
El  á  mis  cuitas 
Non  fallo  fin: 
Ningún  m'acorre 
Nin  da  favor. 


Dióme  ¡ay!  la  vida,  etc. 

I 


Como  en  paloma 
Tornada  fui, 
Me  desconosce 
Mi  amado  ansí: 
Otra  d'él  goza 
A  su  sabor. 


Dióme  ¡ay!  la  vida,  etc. 

La  fementida 
Mora  cruel 


95 

Cedo  en  su  lecho 
Gozará  d'él. 
¡Ay  quién  pediese 
Yenzer  su  error! 

Dióme  la  vida,  efe, 

¡Torna  esos  ojos 
A  raí  por  Dios! 
Non  de  la  negra 
Vayas  en  pos. 
Aquí  en  mí  tienes 
Todo  dulzor. 

Dióme  la  vida,  ele, 

Fuye  la  fiera 
Que  t'engauó; 
La  que  l'adora 
Esa  soy  yo; 
Soy  la  lu  esposa, 
Noble  Señor. 

Dióme  ¡ay!  la  vida 
El  dolze  amor. 
Mas  hoy  los  zelos 
Son  mí  dolor. 


AQUÍ    SE    TORNA    A    NARRAR 

En  tanto  que  se  querella 
L'inocente  palomica, 


96 

Finidos  son  los  festines 
Qu'en  palacio  se  fazian. 

Ambos  á  dos  desposados 
A  las  finieslras  saiian, 
Por  gozar  del  fresco  ambiente 
Perfumado  que  corria.  ♦ 

Refusando  ver  la  Mora 
Que  cerca  de  si  tenia, 
Púsose  á  mirar  Don  Flores 
Al  sol  que  ya  se  ponia. 

Estonce  vio  á  la  paloma 
Cómo  en  la  torre  yascia, 
E  al  verla  tan  mustia  ser        , 
A  compasión  se  movia. 

Por  non  semejar  grosero 
El  rostro  tornado  havla 
A  la  negra  desposada, 
Que  su  desden  conoscia. 

Díxole  aquestas  palabras: 
— Hela  una  paloma  linda; 
Seméjame  la  coitada 
Qu'algun  favor  nos  pedia.— 

Paróse  estonce  la  Mora 
Descontenta  et  desabrida, 
Coidando  non  se  declaren 
Las  traiciones  que  fazia. 

Fengido  ha  se  desmayar 
Para  ver  si  conseguía 
Que  mas  non  coide  Don  Flores 
De  la  mísera  avecilla. 


97 

Mas  notando  qu'el  ardid 
Mal  á  su  intento  venia, 
Pierde  el  seso  et  s'enfuresce 
Como  si  fuese  un'harpia. 

Fiere  con  sus  pies  la  tierra, 
E  con  grandes  vozes  grita: 
uVengan,  vengan  ballesteros, 
wQu'esa  páxara  persigan. 

"Denla  muerte,  denla  muerte 
»Sin  tardar  á  esa  maldita, 
»Que  con  arrullos  cansados 
)>Mis  oidos  martiriza.» 

A  los  gritos  de  la  Mora 
Cazadores  acodian: 
Por  ferir  á  la  paloma 
Sendas  saetas  le  tiran. 

Van  unos  cercar  la  torre, 
Otros  la  torre  sobian, 
Quieren  haverla  á  sus  manos, 
Ya  sea  muerta  ó  bien  sea  viva. 

Mas  batiendo  las  sus  alas 
Fuye  J'ave  acometida, 
Burlando  á  los  ballesteros 
Qu'enconados  la  seguian. 

Primero  d'arbol  en  árbol 
Volando  se  defendía, 
E  após  en  los  matorrales 
Arrastrando  s'escondia. 

Se  veyendo  ansi  aturada 
E  cercana  á  ser  prendida, 


98 

Tomó  el  vuelo  á  la  finieslra 
Donde  el  Príncipe  yascia. 

Echárase  en  los  sus  brazos, 
En  su  pecho  se  cobija, 
Et  semeja  demandalle 
Acorro  en  la  su  agonía. 

Pugnaba  la  mala  Mora 
Por  afogar  Tavecica, 
Que  para  se  defensar, 
Ya  l'aruna,  ya  la  pica. 

El  buen  Príncipe  en  el  seno 
La  paloma  guarescia, 
Ca  davale  el  corazón 
Qu'allí  mal  secreto  havia. 

Apartádose  ha  Don  Flores 
Con  enojo  de  limpia. 
Que  los  propios  brazos  suyos 
Con  rabia  el  furor  mordia. 

Maguer  qu'eslo  vé  Don  Flores 
Mas  en  defensar  porfía 
A  la  misera  paloma, 
Qu'al  su  amparo  s'acogia.   » 

Falágala  cariñoso 
El  las  pennas  recogía 
D'el  ave,  que  su  cabeza 
Hornilla  va  gradescida. 

Tocándola  allí  Don  Floros 
Un  granico  percevia, 
El  notó  que  la  paloma 
Aleleaba  el  se  encogía. 


99 

Era  aquel  negro  alfiler 
Qu'allí  clavó  la  maldita 
JNegra,  para  fechizar 
La  rival  qu'aborrescia. 

A  tirarle  iva  Don  Flores, 
Et  cedo  á  tirarlo  iva, 
Quando  ver  hedes  la  Mora 
Qu'empachario  pretendía. 

Ya  le  tiene  de  los  brazos, 
Ya  de  sus  brazos  s'asia, 
Ya  de  finojos  se  postra; 
Planto  et  sospiros  fengia. 

Ya  d'amor  et  ya  d'honor 
Reclama  la  pleitesía, 
Et  ya  íaze  otros  engaños 
Propios  de  fembra  ladina. 

Mas  catando  que  Don  Flores 
De  las  sus  prezes  non  coida, 
Con  un  puñal  de  merced  (*) 
Furiosa  l'a cometía. 

Corage  que  la  cegaba 
El  golpe  mortal  torcia, 
Et  solo  ferida  leve 
Fecho  en  el  Principe  havia. 

Rabiando  estonce  la  Mora 
Contra  sí  torna  las  iras, 


(4)  Puñal  fie  merced  llamaban  aquel  ron  que  á  falta 
de  espada,  remataba  el  Caballero  vencedor  ai  vencido  si 
este  se  negaba  a  reconocerse  y  confesarse  como  tal 


fOO 

Et  firiéndose  en  el  seno 
Cayó  en  tierra  amorlescida. 

Acorro  non  falla,  non; 
Los  qu'en  antes  la  servían 
Lisonjeros,  l'abandonan 
Luego  en  vella  ya  caida. 

Ansí  la  humana  grandeza 
Por  malos  medios  havída. 
Los  raesmos  que  l'ensalzavan 
La  menosprecian  et  pisan. 
En  tanto  el  prieto  alfiler, 
Do  el  fechízo  residía, 
Tiraron  de  la  paloma, 
Et  la  suerte  se  rompía. 

Mudado  se  ha  en  linda  dama, 
Qual  antes  serlo  solía, 
La  toronja  del  amor 
Que  fue  también  palomica, 

La  Princesa  que  gozara 
Solo  d'amores  tres  días 
Suso  el  rosal,  en  la  fuente 
Do  el  agua  d'amor  bevía. 

Conoscíérala  Don  Flores, 
Don  Flores  la  conoscia, 
Et  de  su  error  perdonanza 
Afinojado  pedia. 

Levantárale  la  Dueña 
Con  aplasziente  sonrisa, 
Deziendo: « quien  non  ha  culpa 
)  Non  menester  gracia  havia.» 


101 

A  la  muy  noble  Princesa 
En  el  trono  la  sobian, 
E  allí  de  la  Mora  fizo 
Saber  las  negras^  falsías. 

Ambos  los  enamorados 
Se  desposan  á  otro  dia, 
Celando  lo  que  pasara 
So  el  rosal  en  la  campiña, 

Por  la  virtud  d  aquel  agua 
De  la  fuente  clara  et  limpia, 
Que  culpables  et  sin  culpa 
A  Isea  et  Tristan  fazía. 


CANTAR    DKL    NARRADOR, 

Pecados  d'amor 
Son  de  perdonar, 
Qu'amor  álasahnas 
Quita  libertad. 

Si  Dios  non  perdona 
Pecados  d'amar, 
Muy  pocos  el  cielo 
A  gozar  vernan. 


PROSIGUE    LA    FABLA 

Fechas  ya  las  bodas, 
A  Francia  et  Torquía 


102 

Parten  mensagieros, 
Via,  vía,  via, 
•  Porque  cedo  trayan 
En  su  compañía 
Del  Rey  Francés  et  del  Turco 
Las  presciadas  fijas. 

E  quando  venidas  fueron 
En  la  Parroquia  las  gritan, 
Por  las  casar  con  dos  primos 
Qu'allí  Don  Flores  tenia. 

Diéronme  por  encomienda, 
D'estas  bodas  en  albricias, 
Qu'en  pasar  quinientos  años 
En  coplas  yo  las  pornia. 


FINIDA 


De  las  toronjas  d'amor 
Dá  fin  mi  plática  bella; 
Ninguna  fincó  Poncella, 
Qu'es  del  cuento  lo  mejor. 

Todas  fueron  bien  casadas 
En  paz  el  gracia  de  Dios, 
Maguer  una,  acá  entre  nos. 
Bebió  las  aguas  fadadas 
Que  fazen  pecar  á  dos 
Personas  enamoradas. 


103 

Et  de  trovar  muy  cansado; 
Qual  los  viejos  diré  yo: 
uColorin,  colorin,  colorado, 
))Ya  el  cuento  mió  es  narrado, 
»E  aquí  mi  cuento  finó.» 


Aqui  fenesce  la  muy  apascihle ,  plasciente  et 
sentida  falla  de  las  Toronjas  del  Vergel  d' Amor, 
fecha  et  compuesta  por  el  Licenciado  A.  D. 

Empremióse  en  la  muy  noMe,  coronada  é  he- 
roica Villa  é  Corte  de  Macírit  por  Ensebio  Agua- 
do, á  XXX  dias  del  mes  de  mayo.  Año  de  nuestra 
salvación  MDCCCLVL 


J 


GLOSARIO. 


Antiguo. 

Moderno, 

Al)ri¡ciar. 

Quemar,  abrasar. 

Absenté. 

Ausente. 

Acaescer. 

Acaecer,  acontecer. 

Acorrer. 

Socorrer,   ayudar. 

Acorro. 

Socorro,   ayuda. 

Al. 

Otro,  oír  y. 

AlueBe.- 

De  lejos. 

Amenguar. 

Disminuir,    achicar,  inou 
preciar. 

>.s 

AmlstaD/.a. 

Amistad. 

A  nidio. 

Anillo,  sortija. 

Aplascieníc. 

Grato,  agradable. 

A  pos. 

Después,   en  seguidn. 

Apres, 

Después. 

A  Triedro. 

Detrás,    atrás. 

Asmar. 

Pensar. 

Aturar. 

Apurar,   meter  prisa. 

Avizorar. 

Acechar,  atisvar. 

Ayuntar. 

Juntar,  unir. 

Ansi. 

Asi. 

Aparesce. 

Aparece. 

Boscagc. 

Bosque. 

Ca. 

Porque. 

Catar. 

Mirar,  apercibir,  r(pai;. 

Cedo. 

Pronto,  aprisa. 

Celar. 

Ocultar,  esconder. 

Cierrar. 

Cerrar,  encerrar. 

Cinta. 

Cintura. 

Coldar. 

Pensar. 

Collado, 

Cuitado, 

Colomba. 

Comido. 

Congojar. 

Conhortar. 

Conqueridor, 

Conquerir. 

Corada. 

Cordojo. 

Crescer. 

Cridar. 

Curar. 

Dalde. 

Defensar. 

Deüvrar. 

Dexar. 

Do,  á  do. 

Dolze. 

Donzel. 

Devenir. 

Demorare. 

Embargado. 

Empescer. 

Endonar. 

Enturar. 

Escanciador. 

Embebeseido. 

Escochar. 

Estonce. 

Eslovieseo. 

Fabla. 

Fadiga. 

Fadiijarse. 

Falsar  la  fe. 

Fallar. 

Fallar  he. 

Fallescer. 

Fambre. 

Fartar. 

Farlura. 


I^aloma. 
Conmigo. 
Acongojar. 
Animar,  consolar. 

Conquistador. 

Conquistar. 

Despojos  del    corazón   de  la 
caza,  que  se  dan  á  los  perros. 

Dolor  de  corazón,  angustia. 

Crecer,  aumentar. 

Gritar. 

Tener  cuidado,  atender. 

Dadle. 

Defender,  prohibir. 

Libertar,  librar. 

Dejar. 

Donde,  adonde. 

Dul'    . 
Jovci  . 

Divertir. 

Tardar. 

Entorpecido,  embarazado. 

Dañar,  perjudicar. 

Donar,  dar,  regalar. 

Sufrir,  aguantar. 

El  que  da  la  bebida  y  hace  la 

salva. 
Embebecido. 
Escuchar. 
Entonces. 

Estuviesen,  permaneciesen. 
Habla,  lenguaje,  narración, 

cuento. 
Fatiga. 
Fatigarse. 

Romper  la  fe  dada. 
Hallar,  encontrar. 
Tengo  de  hallar. 
Faltar,  fallecer. 
Hambre. 
Hartar,   saciar. 
Hartura,  saciedad. 


í 


Fastiü, 

Hastio,  fastidio,  tedio. 

Fazer. 

Hacer, 

Fecho. 

Hecho. 

Fierro. 

Hierro. 

Fijo,   fija. 

Hijo,  hija. 

Finar. 

Acribar,  poner  fin,  morir. 

Fogar. 

Hogar. 

Frescor, 

Frescura. 

Fueras  ende. 

Fuera  de,  escepto,  si  ro. 

Fu<,Mr. 

Huir. 

Fuye. 

Huye. 

Fado. 

Hado. 

Fechizo. 

Hechizo. 

Fizo. 

Hizo. 

Grado. 

Gusto,   consentimiento    vo 

luntario. 

Guarir. 

Curar,  sanar. 

Guarnir. 

Guarnecer 

Guisa. 

Modo,  manera. 

Gajos. 

Trozos. 

Havie. 

Habia,  tenia. 

Hestoria. 

Historia. 

Hipocrás. 

Hipócrates. 

Home. 

Hombre. 

Hoinillar. 

Humillar,  ab/ijar,  abatir. 

.loglar. 

.luglar. 

Lerabranza. 

Hccucrdo. 

Lembrarse. 

Acordarse,  recordarse. 

Luengo. 

.  Largo. 

Lueñe. 

Lejos,  lejano. 

Llegarie. 

Llegarla. 

Logare. 

Lugar. 

Maguer. 

Aunque,  á  pesar  de. 

Malqueriente. 

Malévolo. 

Merced  (ponerse  á). 

Entregarse  al  arbitrio   ó  vo- 

Metad. 

Moger. 

Namorado. 

INascion. 

Nescio. 


I  untad,  ó  á  la  generosidad 

de  alguno. 
Mitad. 
Mujer. 
F.iiamorado. 
Nación,  nacimiento. 
Necio. 


ÍNusco. 

INublüS, 

Odor. 

Ordir. 

Pcnsüso. 

PerdooaDza. 

Perillo. 

Pcscudar. 

Planto. 

Plañir. 

Plaszicnte. 

Plascer  f . 

Plaszer  n. 

Plorar. 

Poedas. 

Poetria. 

Poma. 

Poner. 

Poridad. 

Preces. 

Prescio. 

Preste. 

Priado. 

Prieto. 

Priraiero, 

Priso. 

Pudiese. 

Poncella. 

Querencia. 

Quixicra. 

Restorar. 

Roido. 

Realc. 

Sabidor. 

Saetear. 

Semejar. 

Semejarse. 

Sentie. 

Si.  ^ 

Sobir. 

Sobrado. 


Con  nosotros. 
^ libes,  nublados. 
Olor. 
IJrdir. 
Pensativo. 

Perdón,  indulgencia» 
Peligro. 

Preguntar,  inquirir. 
Llanto. 
Genúr,  llorar. 
Grato,  agradable. 
Gustar,  agradar. 
Placer. 
Llorar. 
Puedas. 
Poesia. 
Manzana. 

Determinar,  imponer,  esta- 
blecer por  condición. 
Secreto,  puridad. 
Ruegos,  súplicas,  oraciones, 
Precio,  valor,  premio. 
Clérigo,  eclesiástico. 
.Pronto,  aceleradamente. 
Negro. 

Primero, 
Tomó. 

Pudiese. 

Doncella. 

Querer,  afición,  voluntad. 

Quisiera. 

Restaurar. 

Ruido 

Real. 

Sabio,  conocedor. 

Asaetear. 

Parecer. 

Parecerse. 

Sentia. 

Asi. 

Subir. 

Aventajado,  escesivo. 


Sobrar. 

Aventajar,  csceder. 

Sostcutar. 

Sustentar. 

Suso. 

Debajo. 

Tiempo  viejo. 

Tiempo  antiguo. 

Ticmplar. 

Templar. 

Trayan. 

Traigan. 

Tuerto, 

Agravio  ,    desafuero 

ticia. 

Truxete. 

Te  traje. 

Toronja,  ica. 

Naranja. 

Trnxo. 

Trajo. 

Usanza. 

Uso,  costumbre. 

Valía. 

Valor,  precio. 

Vegada. 

Vez. 

Verná. 

Vendrá,     sucederá  , 

cera. 

Vesitar. 

Visitar. 

Veyendo, 

Viendo. 

Viá. 

Camino. 

Vibda. 

Viuda. 

Vierdes, 

Vieres. 

Y. 

Allí. 

ÍJUS- 


I 


<J. 


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